Contrario a lo que se piensa en general, la inteligencia de la humanidad en occidente ha descendido de forma notable desde hace un par de siglos.

 

Según un polémico estudio en el que participan distintas universidades europeas, los hombres y mujeres de la época victoriana, definida por el reinado de la reina Victoria de Inglaterra (1837-1901) y distinguida por una gran ebullición científica, inventiva y artística, eran más inteligentes que sus descendientes en la actualidad, quienes hemos perdido dicen, 14 puntos de coeficiente intelectual durante estos 200 años.

 

Michael Woodley, investigador de la Universidad de Umea en Suecia y responsable del estudio, que se publica en la revista Intelligence, aseguró al diario británico The Telegraph, esto se debe “a que las personas más inteligentes tienen ahora menos hijos que en décadas anteriores, mientras que las personas con genes menos favorables tienen más”.

 

El estudio se sustenta también en la comparación de los resultados de los tiempos de reacción a estímulos visuales en pruebas realizadas a los ciudadanos desde finales del siglo XIX hasta los tiempos modernos. Al parecer, la velocidad de nuestros reflejos, una señal de capacidad intelectual, es bastante lamentable en comparación con la de nuestros antepasados.

 

Los científicos han descubierto que un hombre promedio tenía un tiempo de reacción de 183 milisegundos en 1884, un tiempo que aumentó hasta los 253 milisegundos en 2004. Para el mismo período, el tiempo de reacción de las mujeres ascendió aún más, de 188 a 261 milisegundos.

 

 

¿Ficción o realidad?

 

En 2006, el director de cine Mike Judge (el creador de Beavis and Butthead), presentó una propuesta similar en una película que tituló “Idiocracy”.

 

En esta, el protagonista, interpretado por Luke Wilson, es un soldado promedio que se somete a un experimento con el que queda congelado por 500 años. Al despertar, Joe, se encuentra con que toda la humanidad es idiota y él es el ser humano más inteligente del mundo. La razón: las personas inteligentes habían dejado de reproducirse.