Puedo encontrarle sentido a la existencia de los juegos amistosos de la Selección Mexicana, ésos que Ricardo Ferretti bautizó como “moleros”. Indiscutiblemente hay una necesidad económica que debe ser atendida, y si el producto es atractivo su comercialización es bienvenida. El problema es no haber encontrado un equilibrio entre la explotación comercial y el provecho deportivo que deben dejar estos ensayos.

 

Puedo entender la necesidad de ver jugadores nuevos, ya que si nos manejáramos bajo la premisa de que la Selección es sólo de los mejores, no habría oportunidad de explorar nuevas posibilidades; además, es el margen de maniobra que otorga jugar tantos partidos en el año.

 

También puedo comprender que se requiere de una buena relación entre la Federación y los clubes.

 

Pero lo de estos dos últimos partidos carece de sentido común. Carece de seriedad.

 

Primero: ¿por qué siendo fecha FIFA no fueron convocados los mexicanos que habitualmente visten la camiseta nacional: Guardado, Moreno, Jiménez, Layún, etcétera? ¿No era una gran oportunidad para ensayar un sistema que claramente aún no dominan? ¿No representaba nada tener al equipo reunido más de una semana entrenando?

 

Segundo: ¿cómo es posible que programen un partido con un rival al que van a enfrentar en un mes dentro de la eliminatoria mundialista? Y aunque este juego se pactó sin saber cómo quedaría el calendario del Hexagonal, era obligación de la FMF prever ciertos escenarios.

 

Tercero: ¿a qué se debe la tempranera salida de Marco Fabián? ¿Sólo porque su equipo jugará con el Bayern Múnich y el club requiere al plantel completo? ¿Y la Selección qué? ¿No hay necesidades en el tricolor? ¿Osorio no lo requiere? ¿No lo necesita? ¿No le sirvió? ¿Dónde quedó eso de que “la Selección es primero”?

 

Hay momentos en que no se puede ser condescendiente y se deben de marcar las prioridades por más ganas que tenga el club y el jugador, y ahí está el caso de Carlos Sánchez con el Monterrey: el entrenador uruguayo Óscar Tabárez, con reglamento en mano, le valió tres rebanadas de camote la final del futbol mexicano con tal de tener al equipo completo antes de la Copa América.

 

Y así nos podríamos seguir con los cuestionamientos que pueden pasar desde la disposición táctica hasta el número de jugadores de esta nómina que veremos en la de noviembre, para darnos cuenta que esta fecha FIFA no ha servido de nada más que para ganar dinero.

 

Los juegos son tan “moleros” como la Federación y el entrenador lo determinan, por lo que estos dos podrían encabezar la lista histórica. Fuera del regreso de Giovani dos Santos, un verdadero desperdicio.