El fin de semana deja ganadores y perdedores.

 

Pierde la democracia porque la alianza ahora denominada Por México al Frente -¡vaya imaginación!- no fue capaz de abrirse a la sociedad ni de transparentar su proceso interno.

 

La eliminación a la mala de Miguel Ángel Mancera y Rafael Moreno Valle es la mejor prueba de cómo se distrajo a los ilusos con promesas y demagogia de planes personales.

 

Pierde la esperanza ciudadana de ver un frente amplio, social, fuerte y sólido con objetivos de Estado por encima de las ambiciones individuales de sus actores.

 

Al final, debe remarcarse, pierde el país.

 

Pero ganan otros.

 

En lo interno, el vencedor es Ricardo Anaya, quien desde el origen se apropió de la iniciativa de Mancera de formar un cuarto polo para atraer a los decepcionados del régimen, del sistema y de los partidos.

 

Y en lo externo es ganador Mancera, quien con su calidad moral emergió de la marginación panista-perredista-emecista para influir en su ámbito y mostrar las ventajas de la democracia.

 

A despecho de quienes la traicionaron.

 

 

AL CONTROL DEL PRD Y CDMX

El primer fruto mancerista es el PRD.

 

Uno de los suyos, Manuel Granados, llega con el apoyo de todas las tribus a poner orden, a reforzar el Frente -lo cual no es un dato menor tras la traición al jefe de Gobierno- y conducir un proceso abierto para la Ciudad de México.

 

¿Mandó Mancera a Armando Ahued y a Salomón Chertorivski a boicotear la postulación de Alejandra Barrales como candidata a administrar la ciudad?

 

No, todo lo contrario:

Los ex secretarios de Salud y Desarrollo Económico han sido los más mencionados en la estructura capitalina como prospectos para suceder a Mancera y su participación ayudará a medir popularidades.

 

Ojo: ella lleva la delantera en las encuestas.

 

Pero de esa forma el mandatario capitalino busca demostrar la viabilidad de un proceso abierto, democrático, legitimado por el voto de decenas de miles o cientos de miles.

 

Lo negado por Ricardo Anaya.

 

Algo no hecho por nadie: ni por el amo de Morena, Andrés Manuel López, ni por el PAN manipulado por Anaya ni por el PRI manejado desde Los Pinos.

 

 

ENGAÑO DE VIDEGARAY A PEÑA

En los perdedores anote usted al PRI.

 

A los datos:

Luis Videgaray convenció a Enrique Peña Nieto sobre la viabilidad de José Antonio Meade con la certidumbre de arrastrar tras de sí a millones de dirigentes y votantes del PAN.

 

Era la mejor fórmula para debilitar la inminente candidatura de Ricardo Anaya, cuya repulsa en gran parte del panismo es evidente, y así ganar sufragios contra la demagogia populista de López.

 

Todos los gobernadores del PAN trabajarán para él. Les ha dado recursos, tiene buena relación, inclusive han trabajado juntos y bla, bla, bla”.

 

Ya se vio que no.

 

Anaya ha reforzado el control y esos gobernadores panistas ayer cerraron compromisos y alianzas con su dirigente y no se les verá en oficio por un priismo no reconocido ni por los propios priistas.

 

Con un dato adicional: el priismo duro ha volteado hacia otros prospectos y el más favorecido en las tendencias de tricolores defraudados es… ¡Andrés Manuel López!

 

La contienda apenas empieza, cierto, pero las tendencias favorecen a quien según Videgaray despreciarían priistas y panistas.