En los últimos días el conflicto por rebeldes islamistas en Mali se ha redimensionado. Incluso ya alcanzando a Argelia.
La intervención de Francia para apoyar a los malienses ha tenido repercusión más allá de sus fronteras con la toma de rehenes civiles extranjeros en una base petrolera, en donde el saldo hasta ahora es de al menos 47 rehenes muertes, entre ellos poco más de una docena de extranjeras, además de 32 de los asaltantes.
El más reciente hallazgo de cadáveres en la planta gasera, que opera el gigante británico British Petroleum (BP), es de 25 cadáveres encontrados este domingo, entre los que se encuentran los de al menos tres ciudadanos británicos y los de nueve japoneses, que habrían sido ejecutados por los islamistas ante la negativa de poner fin a la intervención francesa en Mali y liberar a islamistas presos.

El gobierno de Reino Unido confirmó que al menos tres de sus ciudadanos habían muerto en el asalto de ayer sábado de las fuerzas armadas argelinas para poner fin a la crisis, que ha sido respaldada por varios países, entre ellos Francia.

 

“Desgraciadamente, sabemos que tres ciudadanos británicos han fallecido ayer y tres más se cree que están muertos y también otro ciudadano se ha dado por muerto”, dijo el primer ministro británico, David Cameron, en una declaración difundida esta tarde por televisión.

 

En tanto, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, defendió la manera en que Argelia resolvió la crisis, después de que algunos gobiernos de los extranjeros tomados como rehenes se quejaron por no haber sido informados de la operación.

 

“Lo que todo el mundo necesita saber es que estos terroristas que atacaron esta planta de gas son asesinos que saquean, desvalijan y matan. La situación era inaguantable”, dijo Fabius, en una entrevista a la emisora Europe 1.

 

Los antecedentes de la crisis 

 

El miércoles 21 de marzo de 2012 el ministro de Defensa de Mali, Sadio Gassama acudió al cuartel militar en Kati, ubicado a 15 kilómetros de la capital, Bamako. El objetivo de su visita era concienciar a los militares sobre la situación vulnerable que vivía la región norte del país, es decir, les avisó que varios contingentes tendrían que viajar a aquella región para luchar en contra del grupo independentista Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), y la etnia tuareg quienes, desde el año pasado, fundaron su agrupación con un objetivo: separarse de Mali. El golpe de estado provino inmediatamente después.

 

La Junta Militar de Mali, proclamó una semana después una nueva “acta Fundamental”, derogó el toque de queda, abrió sus fronteras al exterior y prometió elecciones. Pero vinieron enfrentamientos con la guardia del depuesto líder maliense. Los frentes de conflicto se multiplicaban, los independentistas de la MNLA con refuerzos de los expulsados de Libia cuando cayó Gadaffi, los islamistas tuareg de Ansar Dine (“Los que firman con sangre”) vertiente unida a Al Qaeda y los yihadistas de Mujao.

 

Fue en diciembre cuando el gobierno interino se alió con los tuareg y no tardó en entrar Francia. El 11 de enero Francoise Holland, primer ministro de francés, anunció la intervención militar en Mali bajo los términos de la ONU y en solicitud al gobierno local y de varios países de África, sin embargo en ese momento se preparaban ya los primeros bombardeos

 

Para el 15 de este mes el quinto bombardeo sobre territorio rebelde puso al tanto de la situación a los países occidentales. Los habitantes comenzaban a abandonar el país, 500 mil se fueron naciones aledañas.

 

En represalia, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) tomó una estación de gas de la British Petroleum en Argelia, en lo que se calculó había 41 rehenes. Cuando la reacción llegó, el intento de liberación por parte del gobierno argelino daría cifras distintas: más de 600 liberados 35 muertos y 15 rebeldes capturados.

 

Los avances en territorio africano se han intensificado, capacitación a milicias, incremento en el número de militares franceses y la declaración de Hollaned sobre una intervención sin límite de tiempo nublan el panorama del noroeste africano.