Mireya intoxicó con medicamentos a su padre y a sus tres hijos ocasionándoles la muerte.

 

Prefirió asesinarlos antes de entregarle la custodia a su ex esposo.

 

El martes pasado, la mujer de 38 años de edad recibió la noticia de que debía entregar a sus dos niñas, A. y R., de 6 y 8 años respectivamente, y a su hijo E., de 10 años de edad, a su padre, ya que había perdido la custodia en un juicio familiar, por no haber acreditado los exámenes psicológicos solicitados por el ex esposo.

 

Por ello, Mireya llegó ese día a su domicilio, ubicado en Avenida San Bernabé, en la Colonia San Jerónimo, delegación Magdalena Contreras, donde engañó a sus hijos para que tomaran un medicamento; lo mismo hizo con su padre Enrique, de 70 años, y a su madre,  Rosa María, de 68 años de edad, la cual sobrevivió y fue trasladada inconsciente a un hospital cercano.

 

Antonio, empleado doméstico de la casa, halló los cuerpos alrededor de las 19:00 horas, luego de que el hermano de Mireya le pidiera ir al lugar para indagar si todo estaba bien, pues no se había podido comunicar con ella desde la mañana.

 

Al llegar a la residencia, observó a toda la familia en estado inconsciente. La madre de los niños estaba sobre la cama, sosteniendo una biblia y un cristo de madera y con un recado póstumo, en el que dijo estar deprimida y que sólo le entregaría sus hijos a Dios.

 

 

dca