WASHINGTON. Los republicanos en la Cámara de Representantes quieren enviar elementos de la Guardia Nacional a la frontera sur de Estados Unidos para desalentar el cruce ilegal de niños migrantes que viajan solos.

 

Las recomendaciones, emitidas por un grupo de trabajo establecido por el líder de la cámara John Boehner, pusieron a la Cámara de Representantes en curso de coalición con el Senado, donde los demócratas son mayoría.

 

Una iniciativa en el Senado destinaría 2,700 millones de dólares (35 mil 100 millones de pesos) a la crisis en la frontera, pero no incluye ningún cambio de política adoptado por la Cámara de Representantes, donde los republicanos son mayoría. Eso implica una reducción de mil millones de dólares (13 mil millones de pesos) respecto a la solicitud del presidente Barack Obama.

 

Sin embargo, se espera que los republicanos, que son mayoría en el Congreso, vayan más allá con un gasto más reducido que se centraría principalmente en provisiones para cuerpos de seguridad, como tropas para la Guardia Nacional, más que en atender a los menores.

 

La congresista Kay Granger, quien encabeza el grupo de trabajo de Boehner, dijo que podría enmendarse la actual ley para poder acelerar la deportación de los jóvenes centroamericanos mientras al mismo tiempo se garantiza la protección de los menores que viajan solos.

 

Los demócratas dicen que esto podría poner en riesgo a los niños migrantes si se les envía de regreso a las brutales pandillas en sus países de origen.

 

Mientras tanto, agentes de Seguridad Nacional han pedido que se tomen medidas, señalando que la sobrecargada frontera y las agencias de inmigración se quedarán sin dinero en los dos próximos meses. “No hacer nada en el Congreso no es una opción”, afirmó el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.

 

Ayer, más de 320 niños migrantes de los miles que han entrado a Estados Unidos por la frontera con México fueron enviados a Connecticut, confirmó el gobernador Dannel P. Malloy.

 

Los niños fueron enviados con sus familiares que residen en el estado. Malloy fue criticado por rechazar una petición federal para alojar a más de 2 mil niños centroamericanos en la semivacía escuela de entrenamiento Southbury, pero Malloy sostiene que ninguna propiedad estatal sobrante, entre ellas Southbury, cumplía con los requisitos establecidos por el gobierno.

 

Más de 500 niños inmigrantes están alojados en Pennsylvania. Las autoridades estatales confirmaron que el gobierno federal les informó que 120 menores se encuentran en dos refugios temporales en Bethlehem y Womelsdorf, cerca de Reading.

 

Kait Gillis, del Departamento de Bienestar Público, afirmó que hay otros 386 menores hospedados con “patrocinadores” entre los que hay familiares, grupos religiosos y otros.

 

Más de 57 mil menores han llegado desde octubre, la mayoría procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala.

 

La ley de 2008 les garantiza vistas judiciales, lo que en la práctica les permite quedarse años en el país debido a los largos retrasos en el sistema judicial de inmigración.

 

Los republicanos quieren cambiar la ley para que los niños centroamericanos puedan ser tratados como los mexicanos, que pueden ser devueltos por agentes fronterizos a menos que puedan demostrar un temor a su regreso que requiera una investigación más profunda. Los republicanos opinan que es la única manera de enviar un mensaje a los padres centroamericanos de que no tiene sentido enviar a sus hijos en el arduo viaje al norte.