En tiempos en los que el turismo juega un papel fundamental para el crecimiento y desarrollo del país, dos de nuestras principales geografías están en riesgo. Los corredores formados por Cancún y la Riviera Maya, en Quintana Roo, y por Cabo San Lucas y San José del Cabo, en Baja California Sur, viven una crisis de violencia imposible de ocultar, y que podría provocar que los turistas extranjeros -atraídos por la belleza y los múltiples atractivos de los destinos- perdieran la confianza y miraran en otra dirección.

 

 
Basta una corta memoria para recordar lo que ha sucedido en otros destinos de playa, como Mazatlán y, por supuesto, Acapulco, donde la inseguridad desplazó el encanto, y frenó la llegada de visitantes extranjeros. Después de varios años y un trabajo estratégico, el puerto de Sinaloa ha recuperado un poco de lo que tenía; han vuelto algunos de los cruceros que por un tiempo dejaron de parar en su terminal, y se han reanudado algunas de las frecuencias de vuelos internacionales que se habían perdido. Si hablamos de Acapulco, la violencia no para. Si bien los turistas nacionales abarrotan el puerto en cada temporada vacacional, poco queda del brillo y el glamour que le dieron fama mundial.

 

 
En el caso de Cancún, polo que atrae una gran cantidad de turistas europeos, la disputa de cárteles de la droga por el control de la plaza ha generado balaceras y enfrentamientos, tanto en áreas residenciales como en la zona hotelera. Apenas el jueves pasado se registró un largo tiroteo en el centro de la ciudad, que dejó una persona muerta. Un día después, tres cuerpos mutilados fueron encontrados muy cerca del Boulevard Kukulcán, en la zona turística. En lo que va del año, casi 70 personas han sido ejecutadas en el sur de Quintana Roo, según cifras oficiales. Tras la gestión fallida de varios secretarios de Seguridad, un militar acaba de llegar al puesto, el coronel Darwin Puc Acosta.

 

 
Si hablamos de las últimas semanas en Los Cabos, una meca para turistas estadounidenses, nos tenemos que referir al hallazgo de fosas clandestinas, el asesinato del subdirector de un penal y a la renuncia casi inmediata del director -su superior- por razones personales. Pero las ejecuciones van más allá. Sólo en mayo, la cifra fatal es de 24. Una vez más, la causa es la disputa de facciones de varias organizaciones criminales que ven en la zona un atractivo mercado para el narcomenudeo.

 

 
Mucho se ha trabajado en mejorar la imagen de México en el extranjero y así recuperar la confianza de los viajantes del mundo. Esto, combinado con la paridad peso-dólar y una estrategia correcta, ha dejado cifras alentadoras para el turismo en los últimos años. Sin embargo, el riesgo de que los dos principales imanes para viajantes extranjeros se criminalicen es hoy mayor que nunca. Está claro que los esfuerzos de autoridades locales y federales no son suficientes. Se necesita atención y actuación extraordinaria para evitar que se trate de dos paraísos perdidos.

 
Valeria y el desastre

 
La trágica historia de la niña Valeria, en Nezahualcóyotl, ha enfocado los reflectores en el desastre que representa el transporte público en el Estado de México, con énfasis en la zona oriente. Ninguna administración ha podido -o querido- combatir las mafias que lo rigen y que se mantienen a costa de la seguridad de los usuarios. Se trata de uno de los principales retos para Alfredo del Mazo Maza.

 
El nuevo líder internacional

 
La República en Marcha, el partido de Emmanuel Macron, obtuvo una mayoría abrumadora en la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia, lo que puede resultar en el allanamiento del camino para que el flamante y atractivo inquilino del Elíseo asuma el liderazgo internacional que el mundo busca, ante el enfoque populista y proteccionista de quien hoy habita la Casa Blanca.