De acuerdo con cálculos de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre 35% y 45% de los mexicanos tienen problemas para dormir o bien, cuando lo hacen, no consiguen tener un sueño de calidad, lo que repercute en sus vidas cotidianas porque se les dificulta concentrarse, están de mal humor o irritables.

 

En entrevista, el director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM Ulises Jiménez Correa explicó que la falta de sueño afecta a la salud más de lo que nos imaginamos pues puede ser desencadenante de enfermedades cardiovasculares y aumento de peso. El trastorno del sueño más común es el insomnio (inclusive ocasional), el ronquido o la apnea del sueño (pausas respiratorias durante el sueño).

 

Entre las mujeres es más común el insomnio tanto por factores hormonales (como por ejemplo el síndrome premenstrual o la menopausia) como por la manera en la que se afrontan los problemas, pues al llevarse la lista de problemas cotidianos a la cama se nos dificulta más poder conciliar el sueño.

 

Mientras, aproximadamente 30% de los varones mexicanos ronca por causas tan diversas como sobrepeso, algún golpe en la cara que le haya ocasionado desviación en la nariz, alergias o problemas digestivos que le causen inflamación en la vía respiratoria.

 

“Necesitamos dormir, nuestro cuerpo está diseñado para hacerlo. Generalmente dormimos la tercera parte de nuestra vida, por lo que si no dormimos bien, tendremos problemas. Una persona con trastornos en el sueño tiene primordialmente cansancio y somnolencia diurna. Estos pacientes se quedan dormidos en cualquier lugar donde estén quietos”.

 

A lo largo de nuestra vida, explica el especialista, el sueño profundo juega diferentes papeles: los bebés, por ejemplo, se desarrollan más rápidamente cuando duermen; para los adultos, un buen sueño ayuda a consolidar los procesos de la memoria, además de que nos permite levantarnos sin problemas y llevar a cabo nuestras actividades diarias de una forma más atenta y concentrada.

 

Aunque las horas de sueño varían dependiendo de cada etapa de la vida, lo más importante es lograr un sueño de calidad, explicó Jiménez Correa. Esto quiere decir que al irse a la cama tardemos entre 20 y 30 minutos en conciliar el sueño, que no despertemos durante la noche y no tengamos dificultades para levantarnos al día siguiente motivados y llenos de energía.

 

Para lograr dormir bien es importante controlar los factores exteriores: que no haya ruido ni luces encendidas y evitar las corrientes de aire en la habitación. Se recomienda no cenar de manera abundante, para que el reflujo o la acidez estomacal no nos interrumpan el sueño.

 

De hecho, uno de los problemas más comunes para conciliar el sueño está relacionado con el uso de aparatos electrónicos antes de ir a dormir. Ver la televisión, revisar el celular o incluso jugar con la tablet antes de ir a dormir puede interferir de manera negativa con el sueño, esto porque la luz que irradian estos aparatos es tan intensa que “engaña” al cerebro y este llega a pensar que es de día y que por eso, debe permanecer alerta.

 

Horas de sueño recomendadas

 

  • Los bebés deben dormir un promedio de 16 horas al día.

 

  • Niños de tres a 12 años requieren 10 horas, al igual que los adolescentes de 13 a 18 años.

 

  • Para los adultos (de 19 a 55 años de edad) se recomiendan ocho horas de sueño.

 

  • Personas de 65 años en adelante sólo necesitan seis horasde sueño en promedio.