Se inició la quinta ronda de negociaciones del TLCAN, en donde siguen muy claras las diferentes posiciones que tienen México y Canadá respecto a lo que busca Estados Unidos.

 

Haciendo una recapitulación de la cuarta ronda, se tocaron varios temas, entre los que destacaron, del sector automotriz, que la región de América del Norte tenga una producción local entre 62 y 85% de un auto con al menos 50% producido en la Unión Americana.

 

Se habló de temporalidad; que el Tratado de Libre Comercio tenga una caducidad de cinco años y sólo con acuerdos de las tres partes se dé continuidad a otros cinco años, lo que dificulta inversiones de largo plazo. Hoy, México suaviza su posición al considerar la revisión del TLCAN cada cinco años, aunque eliminando la cláusula de extinción.

 

Abolir el Capítulo 19 sobre controversias e impuestos compensatorios, del capítulo 11 cuyo tema es el de controversias entre el inversionista y el Estado, así como el capítulo 20 de controversias entre países.

 

Entre los puntos pendientes, de aquí en adelante siguen varios relevantes:

Estados Unidos busca, desde el primer día, “reducir el déficit comercial”, lo que implica dejar de importar bienes y productos o aumentar sus exportaciones. Con México tiene un déficit comercial superior a los 60 mil millones de dólares.

 

El tema de Regla de Origen, en donde se inició la discusión en el sector automotriz. El vecino del Norte busca aumentar su participación de insumos en todo producto fabricado en América del Norte.

 

Estados Unidos aspira a que, tanto los Gobiernos federales, estatales y municipales de México y Canadá compren productos y servicios a empresas americanas. Pero basta recordar “all in America”, donde el Gobierno estadounidense es muy localista en sus suministros.

 

En la cuestión de arbitrajes, la Unión Americana busca que las diferencias se diriman por leyes americanas.

 

El diferencial de salarios existente entre los trabajadores de Estados Unidos, Canadá y México es muy amplio. El bajo salario en México ayuda para que las empresas puedan llegar a tener viabilidad de producir y exportar desde nuestro país. Existe una presión para aumentar significativamente el salario en nuestra nación, lo que podría provocar presiones inflacionarias importantes y cierto desajuste en materia económica para las empresas.

 

En resumen, existen diferencias significativas entre las posiciones de Estados Unidos con México y en algunos puntos con Canadá, lo que refleja riesgo e incertidumbre de que las negociaciones se extiendan más allá de las elecciones de 2018 en México o, en su caso, se decidan suspender hasta encontrar posiciones más cercanas entre las partes.

 

Esto, sin duda, tendría un efecto inicial de incertidumbre en los mercados. Hemos visto que el tipo de cambio ha tomado un nuevo rango de movimientos entre 19.37 y 18.90 después de haber tocado niveles mínimos en julio pasado de 17.40. El rompimiento de 19.30 podría llevar al peso a un nuevo rango de 19.75 a 20.30 con posibles acciones de la Comisión de Cambios.

 

De la Bolsa, desde julio pasado cuando alcanzó su nivel máximo histórico en 51 mil 713 puntos ha venido perdiendo terreno hasta niveles actuales en 47 mil 747 unidades. El rendimiento acumulado en el año ha perdido impulso, y tan sólo registra una plusvalía de 4.6% nominal y de 14.0%, medido en términos de dólares cuando llegó a tener rendimientos de 30%. Además, percibimos riesgos de mayores ajustes al no tener catalizadores internos y externos que ayuden a aumentar el nivel de demanda por parte de inversionistas nacionales y extranjeros.

 

En tasas de interés, seguramente el spread entre los nodos de la curva de México y de Estados Unidos se estarían ampliando y limitaría al Banxico a tomar acciones en beneficio de la desaceleración de la economía, además de la salida de Agustín Carstens.