Ayer los candidatos independientes tomaron por asalto a la capital del país. El movimiento Podemos Juntos CDMX hizo su aparición con Xavier González Zirión, Ricardo Pascoe y Demetrio Sodi a la cabeza, en lo que es una amplia alianza de políticos y ciudadanos que no encuentran ya en los partidos espacio y opciones para participar políticamente y buscar cargos de gobierno.

 

En este grupo confluyen una gran cantidad de perfiles ideológicos a los que el centro político une como eje frente a la derecha panista, el progresismo nacionalista perredista, el populismo de Morena y el variopinto priismo en el gobierno.

 

Esta alianza de políticos sin partido y ciudadanos que buscan participar en política es posible ante el fracaso de los partidos políticos que más que sumar a los más diversos grupos sociales a sus proyectos, ha alejado a los mexicanos de sus filas.

 

Y no es para menos, en su ejercicio de gobierno todos los partidos, todos, han mostrado que ninguno (ni PRI, ni PAN, ni PRD, ni Morena ni el resto) garantiza a un ejercicio de gobierno exento de corrupción y de infiltración del crimen. Todos los gobiernos están en falta en cuanto a otorgar bienestar, servicios de calidad y seguridad a más de 100 millones de mexicanos, de los cuales la mitad está sumida en la pobreza desde hace generaciones.

 

La apertura de las candidaturas independientes y el creciente número de políticos y ciudadanos que buscan a través de esa figura acceder a puestos de elección popular son, sin duda, un llamado de atención a la clase política toda que ha impuesto la partidocracia como sistema de gobierno que en México excluye a la gente de los asuntos públicos y de la participación política.

 

La lista de los pendientes que cualquier gobierno, local o nacional, debe enfrenar es larga: violencia criminal, infiltración del narcotráfico en los cuerpos de seguridad, corrupción institucionalizada, educación y salud de mala calidad, servicios públicos deplorables, deterioro ambiental, un sistema judicial ineficiente, corrupto y obsoleto, pocos empleos de buena calidad, transporte público deficiente y una larga lista de carencias que padecemos todos los días.

 

No serán pocos los que en los partidos desdeñen la presencia de los independientes en la próxima elección de 2018, tanto en los comicios por la Presidencia, como por la Jefatura de Gobierno y las nuevas alcaldías de la Ciudad de México, así como los de las gubernaturas y Congreso de los estados; sin embargo, es muy probable que los candidatos independientes modifiquen la ecuación que están acostumbrados a aplicar los partidos políticos desde hace décadas, pues sin duda hay una gran franja de ciudadanos que simplemente no participan, porque no comulgan con ninguna de las opciones partidistas que hay en México y pueden encontrar en los independientes una opción frente a esa partidocracia que, sin importar el color, representa más de lo mismo.

 

Las coordenadas políticas y ciudadanas están cambiando; ahí están ya los independientes y los impulsores del Frente Amplio. Es el momento en que la clase política voltee a ver a la gente y atienda la urgente reforma de los sistemas de gobierno y electoral para no llevar en su ambición a México a un estado incontrolable de ingobernabilidad y crisis.

 

caem