Los estados del centro del país, incluido Guerrero, han sido asolados desde hace varios años por el poder de los hermanos de cuatro familias del crimen organizado.

 

Se trata de los Beltrán Leyva, los Pineda Villa, los Casarrubias Salgado y los Nava Romero, la mayoría de ellos ya detenidos o muertos, pero cuya influencia delictiva, según las investigaciones de la PGR, se mantiene hasta ahora en células criminales dedicadas al tráfico de drogas, pero también al homicidio, secuestro y extorsión.

 

No es casualidad que el deterioro en seguridad que en los últimos seis años reflejan los datos oficiales en estados del centro del país, coincide con el periodo en que los hermanos familias se separaron, se empoderaron y rivalizaron.

 

Por ejemplo, la tasa de homicidios en Guerrero prácticamente se duplicó de 28 crímenes por cien mil habitantes en 2008, a 59 en 2013, mientras que los secuestros en Morelos se dispararan de 7.7 casos en el 2008, hasta 31.8 en 2013. Ambos estados, se convirtieron en líderes nacionales en esos ilícitos.

 

Beltrán Leyva

 

Los iniciadores en la región fueron los hermanos Beltrán Leyva, quienes en su alianza original con el Cártel de Sinaloa decidieron asentarse en el centro del país para expandir la influencia de la entonces denominada “Federación”.

 

Pero la ruptura con Joaquín El Chapo Guzmán, originada por la captura de Alfredo Beltrán Leyva en 2008, que sus hermanos consideraron una traición, inició una disputa por mantener sus operaciones de forma independiente en el centro del país.

 

El homicidio de Arturo Beltrán Leyva en el 2009 en Cuernavaca a manos de fuerzas especiales de la Marina fue el detonante de divisiones internas dentro de su organización y el debilitamiento del clan familiar. Carlos Beltrán fue capturado en septiembre del 2010 y Héctor Beltrán en octubre del 2014,

 

Pineda Villa

 

Los hermanos Pineda Villa, entre los que se encuentra la esposa del alcalde de Iguala, fueron los principales operadores financieros de los Beltrán Leyva durante su apogeo y responsables de expandir su red de corrupción. A finales de 2009, Mario Pineda Villa, El MP, y Alberto Pineda Villa, El Borrado, fueron asesinados.

 

Tras la caída de los Beltrán, Salomón Pineda Villa, El Molón, reunió a varios lugartenientes y comenzaron a consolidar el grupo Guerreros Unidos. Hace unas semanas se informó de su detención en un operativo naval en Morelos.

 

Su hermano María de los Ángeles Pineda, esposa del ex alcalde de Iguala, se encargó de consolidar las redes de corrupción del grupo en la zona de tierra caliente en Guerrero hasta su captura hace unos días en el DF.

 

Casarrubias Salgado

 

Los hermanos Casarrubias Salgado escalaron dentro del grupo Guerreros Unidos hasta convertirse en sus principales lugartenientes. Mario Casarrubias, El Sapo Guapo, estuvo a la cabeza del grupo hasta su captura a mediados de este año en Toluca, Estado de México.

 

Sidronio Casarrubias, que por años estuvo en Estados Unidos, regresó para ocupar el puesto de su hermano hasta que fue detenido en octubre por fuerzas federales, en el marco de la investigación por la desaparición de normalistas de Ayotzinapa.

 

Nava Romero

 

Los cuarta familia involucrada es la de los hermanos Nava Romero quienes la década pasada formaban parte del primer círculo de confianza de los Beltrán Leyva y que tras su caída decidieron separarse de otras células para formar al grupo conocido como Los Rojos, principal antagonista de Guerreros Unidos.

 

El iniciador fue Jesús Nava Romero, alias El Rojo, dedicado sobre todo a actividades de homicidio y secuestro, y quien fue asesinado junto con Arturo Beltrán Leyva en 2009 en Morelos.

 

Sus hermanos José y María del Carmen Nava continuaron operando al frente del grupo hasta que el primero fue asesinado el año pasado y la segunda detenida en mayo, en Querétaro. Otros dos hermanos, Ramón y Mateo siguen al frente del grupo junto con varios lugartenientes.