ATENAS. Los griegos han enviado un “no” rotundo a Europa al rechazar con una amplia mayoría la propuesta presentada por los acreedores y sobre la que se expresaron en el referéndum celebrado en Grecia.

 

La participación superó el 62%, muy por encima del 40% que exigían las normas para que el resultado fuera considerado válido.

 

“El referéndum de hoy (domingo) no tiene vencedores ni vencidos. Es una victoria en sí mismo. Demostramos que la democracia no puede ser chantajeada”, dijo el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en un mensaje televisado.

 

Destacó que ahora es el momento de “restablecer la cohesión social”, pues la convocatoria de esta consulta ha generado un clima de división entre los partidarios de una y otra opción.

 

El primer ministro aseguró que su Gobierno reiniciará hoy las negociaciones con los acreedores para tratar de alcanzar un acuerdo con las instituciones y señaló que la prioridad es la reapertura de los bancos.

 

Una de las peculiaridades de este referéndum es que se ha celebrado bajo la imposición de un control de capitales que dura ya una semana.

 

Tsipras añadió que en esta ocasión entrará en la negociación la reestructuración de la deuda, una necesidad que, dijo, incluso ha reconocido el Fondo Monetario Internacional, que forma parte junto con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo de las instituciones acreedoras.

 

Expresó su confianza, además, en una solución al problema de liquidez de la banca y afirmó que el Banco Central Europeo “se da cuenta de la dimensión humana de la crisis”.

 

Tras conocerse la victoria del “no”, también se pronunció en una declaración pública el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, quien afirmó que a partir de hoy, con el rotundo “no” del pueblo griego, el Gobierno podrá “tender una mano de cooperación” a los socios e intentar buscar con ellos un “lugar común”.

 

Varufakis señaló que el “‘no’ es un ‘no’ a la austeridad. Es un regreso a los valores de Europa”.

 

Pese al tono conciliador, el ministro reafirmó sus críticas a las instituciones al recalcar que “durante cinco meses rechazaron todo debate sobre la austeridad y la deuda”.

 

Tras conocerse los primeros resultados, los miembros del Gobierno coincidieron en afirmar que la victoria del “no” fortalece la posición del Ejecutivo en las negociaciones, ya que envía el mensaje a Europa de que los griegos desean un mejor acuerdo que ofrezca nuevas perspectivas de futuro.