Por el FMI vienen desfilando autoridades con bagaje escandaloso. El fallo que halló “culpable de negligencia” por un millonario desvío de fondos públicos a Christine Lagarde cuando era ministra de Economía de Nicolás Sarkozy, la ubica ahora en el club de directores de la entidad que han pasado por la justicia.

 

El caso más célebre es sin duda el del ex director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn y un sonado caso de abuso sexual que destapó todo un sórdido submundo en la vida privada del francés.

 

Horst Köhler (2000-2004), crítico de la política presupuestaria estadounidense de George W. Bush, abandonó antes de tiempo su cargo al frente del Fondo para pasar a asumir la presidencia del gobierno alemán, lo que lo convierte en el único gerente que no ha sumado un escándalo judicial a su prematura salida del FMI desde que comenzó el milenio.

 

Rodrigo Rato, director gerente entre 2004 y 2007, cosechó una terrible carrera tras su salida del prestigioso FMI, al ser acusado formalmente de delitos de fraude, blanqueo y alzamiento de bienes relacionados con su gestión a partir de 2010 en la presidencia de Caja Madrid y Bankia, en España.

 

Strauss-Kahn (quien oficialmente vive en Marruecos) sustituyó a Rato, y fue exculpado este verano (boreal) tras ser acusado de proxenetismo de lujo por la justicia francesa, un caso que cobró más fuerza tras la dimisión del ex ministro socialista francés de su puesto a la cabeza del Fondo en 2011 por el escándalo de supuesta violación de una empleada de un hotel en Nueva York.

 

A estos casos se agrega, la condena al ex presidente de la Comisión Monetaria y Financiera del FMI (el grupo que dirige las políticas del Fondo), el egipcio Youssef Butros-Ghali. Butros-Ghali había asumido esa posición en 2008, pero renunció en 2011, poco antes de ser sentenciado por corrupción in absentia a 30 años de cárcel en una prisión de máxima seguridad.

 

Puntuación imperfecta

 

La inestabilidad y las polémicas externas están marcando así los últimos mandatos en el seno del FMI: desde el año 2004 ninguno de los directores gerentes ha cumplido los cinco años que tenía estipulado en su mandato y los últimos tres se han tenido que enfrentar como en el caso de Lagarde, a instancias judiciales.