PARÍS. El acuerdo climático que se prevé adoptar en París situará la conservación y restauración de los bosques como un instrumento fundamental de lucha contra el calentamiento global, a diferencia del Protocolo de Kioto, que se centró en la reducción de emisiones en los países ricos.

 

Casi un centenar de los más de 180 países que han presentado contribuciones nacionales a Naciones Unidas para el nuevo acuerdo climático que se prevé aprobar en París prometen reducir emisiones mediante la preservación o restauración de su masa forestal, entre ellos la práctica totalidad de los Estados latinoamericanos.

 

Dieciséis jefes de Estado y gobierno de los países que más bosques poseen y algunos desarrollados han creado una alianza para situar el bosque en el centro de las soluciones al cambio climático, abogando por “una acción fuerte, colectiva y urgente” para promover el desarrollo sostenible deteniendo y revirtiendo la deforestación.

 

“Nuestro objetivo a ayudar a los países que están en pleno progreso económico a que reduzcan la deforestación”, incidió Karsten Sach, director de Política Internacional del Ministro de Medio Ambiente alemán.

 

“Los países con grandes extensiones de bosques en alianza con otros gobiernos, el sector privado y la sociedad civil acordamos en París incrementar los esfuerzos internacionales para eliminar la deforestación y la degradación de la tierra”, subrayó el ministro peruano del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal.

 

En su contribución al acuerdo de París, Perú, por ejemplo, plantea un 30% de reducción de emisiones en 2030 respecto a lo que hubiera sido el crecimiento normal mediante el manejo sostenible de su masa forestal, entre otras acciones.

 

Y es que los bosques, de los que dependen directamente la vida de más de mil millones de personas, desaparecen del planeta a un ritmo de 12 millones de hectáreas al año, una destrucción responsable del 11% de las emisiones mundiales.

 

“Sólo la cooperación internacional salvará los bosques”, subrayó el príncipe Carlos de Inglaterra en su intervención frente a más de una decena de líderes latinoamericanos y del mundo empresarial reunidos en un foro promovido por Perú.

 

La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Izabella Teixeira, afirmó que su país, que conserva un 60% de su bosque nativo, “quiere poner su bosque al servicio de que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados” a finales de siglo.

 

Una prioridad para Obama

 

Por su parte, el presidente Barack Obama dijo que la prioridad es lograr un acuerdo “ambicioso” de reducción de las emisiones, que cuente con un mecanismo de transparencia al que estén sujetas todas las partes para asegurar que cumplen y con un sistema de revisión periódica que les permita ir aumentando los esfuerzos comprometidos.

 

“La gente puede tener la confianza de que cumpliremos”, afirmó Obama, quien advirtió de que, incluso en el caso de que el próximo inquilino de la Casa Blanca sea un republicano, Estados Unidos deberá mantener los objetivos climáticos para no dañar su credibilidad e influencia.

 

Obama también aprovechó una visita que se le antojó corta, “como todas las que se hacen a París”, según dijo, para mantener encuentros privados con otros líderes clave, como sus homólogos ruso, Vladimir Putin, y el turco, Recep Tayyip Erdogan, con quienes abordó el conflicto en Siria y las tensiones que ambos países mantienen.

 

El presidente de Estados Unidos advirtió de que el “enemigo común” es el EI, después de que Turquía derribara un avión militar ruso que sobrevolaba la frontera turca con Siria, y se mostró favorable a encontrar una solución diplomática al enfrentamiento.

 

Tras reunirse a puerta cerrada con Putin este lunes, Obama se mostró confiado en que Rusia reconsiderará su posición en el conflicto de Siria, en el que apoya la permanencia del presidente sirio, Bachar al Asad, y apostará por una solución política.

 

Aunque descartó que Moscú vaya a dar un “giro de 180 grados” y que este cambio sea inminente, Obama se mostró seguro de que “Putin entiende que, con Afganistán fresco en la memoria, acabar en un conflicto civil sin conclusión y paralizante no es el resultado que está buscando”.