En la lista negra hay trece nombres. Todos son hombres, no hay mujeres. Uno es cubano, los demás mexicanos. Hay empresarios, líderes sindicales e incluso un sacerdote. Algunos se embolsaron millones de dólares, otros corrompieron a menores por internet, y también están los que secuestraron y asesinaron.

 

Se trata de los delincuentes más buscados de la Ciudad de México. Personas sospechosas de cometer crímenes que, ya sea por el grado de violencia o por el daño social causado, son consideradas por la Procuraduría general de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) como objetivos prioritarios en el combate al crimen.

 

En la PGJDF sostienen que ninguno se ha dejado de buscar y prueba de ello es que se han logrado algunas capturas, sin embargo, los datos son insuficientes para localizar al resto.

 

La lista de los más buscados del Distrito Federal, que se puede consultar en la página electrónica de la Procuraduría, se ha ido adelgazando en los últimos años. En 2010 figuraban hasta 25 presuntos delincuentes, el año pasado eran 19, y en este 2014 suman apenas 13.

 

Entre los que estuvieron y ya salieron de la lista están, por ejemplo, José Jorge Balderas Garza, alias El JJ, agresor del futbolista Salvador Cabañas, detenido por fuerzas federales. Otro que abandonó la lista negra fue el líder minero refugiado en Canadá Napoleón Gómez Urrutia, luego de que desactivaron las órdenes de captura en su contra.

 

A diferencia de lo que ocurre a nivel federal o en ciudades de otros países, la PGJDF no ofrece una recompensa en particular a los ciudadanos que proporcionen apoyo para la captura de estas personas, pero de todas formas se pide a la ciudadanía apoyo para su localización.

 

Megadefraudadores

 

En los 13 más buscados figuran dos personas acusadas de fraudes millonarios que afectaron a cientos o incluso miles de personas.

 

Uno de ellos es Christopher Leyva Cortés, socio de la empresa PUBLI XIII, a la cual se responsabiliza de haber timado hasta 10 mil personas que pagaron por automóviles de bajo costo con anuncios publicitarios, que nunca les fueron entregados.

 

La dimensión del daño, queda de manifiesto en las sentencias contra socios, como José Luis González González, ex directivo de Publi XIII, que suma 2 mil 48 años de prisión y aún tiene procesos abiertos. Las autoridades capitalinas presumen que Leyva Cortés se desplazó a Guadalajara en 2008.

 

Otro buscado por fraude genérico es el empresario Guillermo Campos Andapia, quien en la década pasada defraudó a varias personas vendiendo supuestos departamentos en la colonia Nápoles por cantidades de 1.3 a 2.3 millones de pesos. Las autoridades sospechan que Campos Andapia escapó a Estados Unidos.

 

Homicidas

 

Entre los siete homicidas que figuran en la lista destaca el caso de Juan Enrique Madrid Manuel, un joven que decidió unirse con el ex militar Raúl Osiel Marroquín, alias El Sádico.

 

Fueron por lo menos tres los crímenes que cometieron en 2005. Cabe señalar que primero secuestraban a las víctimas y pedían un pago por su rescate, y después las asesinaban.

 

El Sádico fue capturado por agentes federales de la AFI en 2006, pero hasta hoy Madrid Manuel continúa prófugo. Se sospecha que está oculto en el interior de la República.

 

Otro caso es el del Manuel Jorge Villalón, alias El Coty, un cubano que en diciembre de 2008 apuñaló a cuatro personas. Dos de las víctimas, una mujer de 65 años y un menor de 13 murieron. Investigaciones revelaron que Villalón usó un pasaporte falso para regresar a Cuba.

 

Significativo es el caso de Miguel Ángel Galindo Zea, quien, en una noche de mayo de 2004, golpeó junto con varios cómplices a Lizbeth Salinas Maciel, maestra en Ciencias Políticas y funcionaria del IFAI. La mujer fue arrojada del vehículo aún con vida y horas después murió.

 

Meses después del crimen agentes judiciales capturaron a Galindo, sin embargo, un juez ordenó su libertad por falta de pruebas en la averiguación.

 

Lobo Siberiano

 

Un caso que conmocionó la atención pública fue el de El Lobo Siberiano, integrante de una red dedicada a la transmisión de imágenes de pornografía infantil en internet. El escándalo fue que la persona tras ese alias era Rafael Muñiz López, sacerdote de la Parroquia de San Pedro Apóstol de Xalapa, Veracruz.

 

En noviembre de 2009 se capturó a Muñiz López, sin embargo, el sacerdote tramitó un amparo que le permitió salir bajo fianza. En 2010 la PGJDF obtuvo una orden de reaprehensión y se emitió una ficha roja de Interpol, pero sigue prófugo.