La remoción de Joaquín López-Dóriga es parte de una serie de cambios.

 

Incrustan tanto a Televisa como a Univision.

 

Va por partes.

 

López-Dóriga deja el noticiero estelar del consorcio de Emilio Azcárraga Jean no porque ya no sea útil, sino porque hay para él una serie de proyectos ejecutivos con el fin de aprovechar su experiencia.

 

Eso supone ajustes más arriba.

 

Si como se especula con suficientes bases, López-Dóriga ascenderá a una vicepresidencia de Televisa –presumiblemente la ocupada hasta ahora por Leopoldo Gómez– es porque éste tendrá mayores funciones.

 

Azcárraga Jean debe tener estructurada la serie de movilizaciones en puerta, pero las analiza con otros ejecutivos de la empresa, y eso le llevará por lo menos tres semanas más.

 

Dos cosas son ciertas:

 

Un alto ejecutivo de Televisa pasará a Univision; en los mandos de Chapultepec 18 se harán ajustes y uno de ellos será aupar a López-Dóriga a una vicepresidencia para hacerse cargo de noticieros y de la política informativa.

 

Corrupción puerta tras puerta: Chuayffet

 

El 22 de julio de 2013 me dijo Emilio Chuayffet Chemor:

 

-Estoy sorprendido. Si abro una puerta, aparece corrupción. Y si abro la siguiente puerta, ¡aparece más corrupción! Esto es terrible.

 

Lo mismo debe opinar su sucesor, Aurelio Nuño.

 

Encontró plazas injustificadas, pagó a maestros ausentistas, privilegios de dirigentes sindicales –no lo tome a mal, pero la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es mano– y obras y compras onerosas.

 

He aquí un ejemplo:

 

Al menos una decena de empresas representadas por un solo apoderado, Luis Francisco Molleda, simulan competencias en busca de los contratos por licitaciones convocadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

 

Contratos millonarios de Grupo Molleda

 

Así ha sido posible cobrar cubrebocas de 60 centavos a 59 pesos.

 

En 2013 se le compraron 45 mil piezas y se embolsó dos millones de pesos en lugar de 27 mil pesos.

 

El Grupo Molleda, como se denomina la empresa, hace un negocio lucrativo más allá de la SEP.

 

Por ejemplo: en 2013 obtuvo contratos en el ISSSTE para cinco empresas apoderadas por él por 283 mil millones de pesos.

 

Lo mismo ha logrado de delegaciones del instituto, de gobiernos estatales, de otras dependencias federales (ISSSTE, Semarnat, Secretaría de Relaciones Exteriores y Petróleos Mexicanos, Conagua, Conafor, Profepa y Conanp) y hasta del Gobierno del Distrito Federal (GDF), hoy CDMX.

 

No hablamos nada más de cubrebocas. En 2013, el Grupo Molleda proporcionó vestuario, uniformes y ropa hospitalaria al ISSSTE.

 

Contratos y contratos a su favor.

 

Entre 2007 y 2014, el ISSSTE le otorgó al menos medio centenar de contratos y la SEP, en 2009, otros 14 por 230 millones de pesos con sobreprecios como los narrados con los cubrebocas.

 

Si el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, quiere actuar, la tiene simple.

 

Basta con asomarse a Pemex y revisar la compra de 2.5 millones de prendas para sus trabajadores, compradas al doble o hasta al triple de precio a la empresa Nylex, perteneciente al Grupo Molleda.

 

Aquí están los datos; las autoridades tienen la palabra.