Una vez que terminó el debate de la reforma energética, el Congreso de la Unión alista ajustes al agro mexicano, con la finalidad de hacerlo más moderno, productivo y establecer nuevas reglas para impulsar el sector.

 

En entrevista, el presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería del Senado, Humberto Cota Jiménez (PRI), uno de los que negociarán la próxima reforma constitucional, afirmó se espera que sea enviada al Congreso durante el nuevo periodo ordinario de sesiones, que inicia en septiembre.

 

El también presidente electo de la Confederación Nacional Campesina (CNC) adelantó que entre los grandes ejes de la nueva enmienda destacan el otorgamiento de créditos para los campesinos y un modelo de asistencia técnica, así como una regulación a la cadena productiva de este sector, factores que permitirán modernizar el sector agrario.

 

¿Cómo van las negociaciones? ¿Qué podemos esperar de la próxima gran reforma?

 

Estamos en una etapa de diálogos y foros con la Secretaria de Agricultura en coordinación con las secretarias de Gobernación, Hacienda y la Sedatu (Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano), donde debemos atender el diagnóstico real que enfrenta el campo, donde existen escasos casos de éxito y un buen número de dificultades.

 

Venimos acompañando, como legisladores y organizaciones del campo, a una importante actividad que la Secretaría de Agricultura ha ido realizando, poco más de 15 foros nacionales temáticos, donde se ha escuchado inquietudes, reclamos y aportaciones de investigadores, instituciones, agricultores y ganaderos, y estamos en una mesa que se llama la Comisión Permanente para la Transformación del Campo y en ella se están tomando acuerdos y en base a ellos estaremos pronto dando resultados.

 

Tenemos pendientes una serie de importantes tareas, como es la comercialización en un mundo de competencia y en ese sentido habremos de centrar decisiones para que esta nueva reforma estructural sea una realidad.

 

A partir de los encuentros que han tenido, ¿Cuáles considera usted que serán los principales ejes de este reforma?

 

 

Existen elementos importantes y fundamentales, uno es que al campesino se le dé certidumbre, que al sembrar tendrá utilidad; indudablemente otro elemento tiene que ver con el otorgamiento de créditos para los productores; la creación de un nuevo modelo de asistencia técnica y extensionismo con capacitación, también vendrá a darle al campo un giro muy importante. Igualmente se espera una reingeniería en el gobierno, en torno a las políticas públicas de apoyo al campo mexicano.

 

Estamos en un país que se encuentra inmerso en un mundo de competencia globalizada, eso obliga al campo a tener valores agregados como la infraestructura hidroagrícola o la creación de la agroindustria, que son temas centrales para que el campesino surja a un nuevo tiempo de libre comercio en donde nunca habrá de descuidarse el derecho fundamental, que es el de la propiedad de la tierra.

 

Afirman desde la izquierda que para el campo se pretende una reforma privatizadora. ¿Qué dice al respecto?

 

De ninguna manera. Lo primero que quiero expresar es que el punto central de lo que dialogamos es la tierra. El reparto de la tierra es indudablemente para nosotros un tema vital, el régimen de propiedad social no cambia, el ejido y su organización no cambian. Debemos evolucionar pero eso no cambia.

 

¿En qué sentido se deberá evolucionar?

 

Debemos ponernos no sólo a la altura sino al nivel de la circunstancia que vive el país, que antes era líder de las Américas, particularmente de centro y Sudamérica. Hoy tenemos enorme competición, entonces requerimos mucha organización en este nuevo tiempo.

 

Vamos a un nuevo tiempo, a nuevos mercados, como los asiáticos y es por ello que tenemos que irnos modernizando sin perder el eje central que es la propiedad social y que es la organización en el ejido.

 

¿Que hay en materia de importación? ¿Con esta reforma se permitiría reducir la importación de algunos alimentos?

 

En la medida que el agricultor tenga insumos más baratos lo habrá de hacer más productivo y, en consecuencia, más competitivo, y al poder producir más en México para el consumo interno habremos de dejar de importar.

 

Por ejemplo, hasta hace poco se importaba gran parte del arroz que consumíamos y gracias a la apertura del gobierno y la intervención del parlamento ya se están colocando aranceles a países con los que no se tienen tratados de libre comercio con el fin de resguardar la producción interna, garantizar el consumo y poder crecer la producción para disminuir la importación.

 

Hay un tema que preocupa mucho y es sobre la cadena productiva y cómo el comercializador se lleva la mayor parte y el campesino es quién menos gana ¿Que plantean sobre este tema en particular?

 

Eso en el campo lo conocemos como coyotaje, muchas veces es el intermediario el que se lleva el mayor porcentaje de los ingresos.  Voy a referirme a la región de donde yo pertenezco (Nayarit), con mucho esfuerzo los agricultores siembran frijol que es uno de los alimentos más importantes en el país y con dificultades lo venden a tres, cuatro, cinco pesos, y el ama de casa lo encuentra hasta en 30 pesos. Hay un margen de utilidad que queda en pocas manos y no propiamente en manos legales.

 

Entonces se necesita severidad, castigo y mucha observación puntual a un tema que es la comercialización. Hay comercializadores honestos, pero hay un buen número que son verdaderamente coyotes y hay que desterrar esto porque encarecen los productos y al final quien pierde es el productor y el consumidor.

 

Sobre la llamada ocupación temporal, contemplada en la reforma energética ¿Hay riesgos de que disminuya la producción nacional de alimento debido a que se ha considerado que es de interés público la parte de extracción y exploración de hidrocarburos?

 

Indudablemente que no, te lo digo como parlamentario, me tocó votar, discutir y posicionar. No hay expropiación, hay ocupación temporal, no para toda la vida.

 

¿No está en riesgo la soberanía alimentaria, toda vez que se le está dando prioridad a los hidrocarburos sobre los alimentos?

 

No, la exploración y explotación de hidrocarburos solo será en unas regiones y no en todo el país, propiamente las regiones con esa riqueza en el subsuelo quedan resguardas.

 

Desde luego que lo que es prioridad es la soberanía, la seguridad alimentaria, entonces vamos en un equilibrio de riqueza en el subsuelo pero con la riqueza en la superficie que son alimentos, yo creo que puede ser un tema que debe ir equilibrado.

 

En lo que se refiere al proceso legislativo ¿cuándo se prevé que esta reforma llegue al Senado o a la Cámara de Diputados?

 

Hay una mesa que es la Comisión Permanente para la reforma y en el trascurso de estos meses se darán resultados. Son 20 años los que han dilatado esta reforma y no es un tema de premuras ni de urgencias, es un tema de resultados. Aperturamos nuestro periodo el primero de septiembre y a partir de entonces estaremos en condiciones de continuar el dialogo con el Poder Ejecutivo a efecto de poder dar resultados. Muchas cosas acontecerán en estos meses y seguramente una de ellas será la reforma al campo.

 

¿Qué le diría usted a los campesinos que pudieran estar preocupados con esta reforma, a aquellos que se han movilizado?

 

Lo primero que tenemos que decir es que los legisladores estamos para emitir leyes para dar certidumbre a ellos, garantía y seguridad. La desinformación no es la vía, lo correcto es que los partidos, militantes, políticos y legisladores demos información y soluciones a la gente en un tema central y es lo que vamos a hacer para que nuestros compañeros estén debidamente informados y que no llegue la especulación.