CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco actuó hoy de anfitrión de una cumbre religiosa mundial en la que participaron líderes de las grandes creencias, que firmaron una declaración conjunta donde piden acabar con la esclavitud moderna antes de 2020.

 

La prostitución, la trata de personas o la venta de órganos fueron citadas como ejemplos de esa esclavitud que pretenden combatir con este llamamiento los que firmaron en la Casina Pío IV de los Jardines Vaticanos.

 

Esta iniciativa surgió del papa Bergoglio, quien poco después de ser elegido en 2013 escribió al argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, una nota manuscrita en la que le decía que “sería bueno” examinar la cuestión de la trata de personas como esclavitud moderna.

 

Añadió que se podría relacionar esa trata de seres humanos con el tráfico de órganos humanos; posteriormente, el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, en una visita en mayo de 2014 al papa consideró que la trata de personas debería ser un asunto del que se ocuparan las religiones del mundo.

 

La idea fue recogida por el empresario australiano Andrew Forrest, quien había creado una organización contra la esclavitud y que se encargó de propagarla entre otros líderes religiosos.

 

En noviembre pasado un seminario internacional celebrado en el Vaticano condujo a la condena, en una declaración, de la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado y el tráfico de órganos como crímenes contra la humanidad.

 

Así se creó una entidad, la Global Freedom Network, cuyos miembros convocaron la ceremonia celebrada hoy en el Vaticano y a la que Efe fue el único medio de comunicación internacional en español invitado.

 

En el documento, los firmantes piden “inspirar la acción practica y espiritual de todas las confesiones y de las gentes de buena voluntad para erradicar la esclavitud moderna antes de 2020 y para siempre”.

 

Dijeron que “ante los ojos de Dios, todos son personas libres”, y que todas las formas de “esclavitud son un crimen de lesa humanidad”.

 

“Queremos hacer todo lo que esté en nuestro poder desde nuestras comunidades religiosas y mas allá para trabajar juntos por la libertad de todos los que están esclavizados y que sufren el tráfico de personas, para que les devuelvan el futuro”, añadieron.

 

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Foto: AP

 

Los firmantes explicaron “que actualmente se cuenta con la tecnología, la oportunidad, la conciencia, la sabiduría, la innovación para alcanzar esta obligación moral y humana”.

 

“Declaramos en cada uno de nuestros credos que la esclavitud moderna en todas sus formas, prostitución, trabajos forzados, mutilación, venta de órganos o trabajo de niños, es un crimen de lesa humanidad”, clamó el papa en su discurso.

 

También participaron, en representación de varias confesiones y entre otros, la hindú Mata Amritanandamayi; el rabino argentino Abraham Skorka; el patriarca ortodoxo, Bartolomé I (en un mensaje en video); un representante del Gran Imán de Al-Azhar, Mohamed Ahmed El-Tayeb; el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y representantes budistas.

 

El pontífice argentino explicó que la esclavitud moderna a pesar de todos los esfuerzos sigue siendo un “flagelo atroz” y está presente en gran escala en todo el mundo, “incluso en el turismo”, y lamentó que este crimen “se enmascara en costumbres aceptadas”.

 

Y denunció que la esclavitud moderna la encontramos “en las calles, las fábricas, en los apartamentos, en las ciudades y en las aldeas, en las naciones ricas y más pobres” y que lo peor es “que está situación se agrava cada día más”.

 

El papa realizó un llamamiento a todas las naciones, a sus líderes y gobiernos, a las empresas y a todas las personas de buena voluntad “para que se unan a esta lucha en todas sus formas”.

 

El rabino Skorka, amigo personal de Bergoglio, dijo a la agencia de noticias EFE sobre el objetivo de erradicar la esclavitud moderna hasta 2020 que “sí que es realista, porque la prédica de la religión sigue siendo muy importante”.

 

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Foto: AP

 

“Se revitalizó muchísimo bajo el papado de Francisco. Tiene una atención de gran parte de la humanidad y es la voz de la conciencia. Acá estuvieron representados casi todos los credos. Aquí estuvieron todos manifestando un compromiso en contra de todo tipo de esclavitud”, consideró.

 

“Aquí hubo un clamor muy fuerte al mundo. Espero que lo que ocurrió aquí sea informado en la medida que merece en todas las latitudes del mundo y que esa voz, ese clamor seguramente, indudablemente, va a tener un efecto”.

 

“Será un efecto pequeño en un principio tal vez, pero con todos aquellos que se emocionen, que sientan el mensaje de aquí si han de servir como multiplicadores comprometidos por el mismo, seguramente con la bendición de Dios vamos a poder crear un mundo mejor”, terminó. DE