Cuarenta años después terminó la era de Bernie Ecclestone en la Fórmula 1 y el recambio lo tomaron empresarios norteamericanos multimedia, a través de un gigante de telecomunicaciones como Liberty Media. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Nos va mejor, nos está yendo mal?

 

Bueno, pues todo depende del color del cristal con que se mire. Aquí me parece que hay algunos hechos que vale la pena destacar.

 

La Fórmula 1 bajo el mando de Liberty Media dejó de ganar 43 millones de dólares este año con respecto a la utilidad de 2016, por lo que su hombre fuerte Chase Carey anunció a las escuderías que no habría más “lunch-gratis” y que todos debían cooperar.

 

Entre otras acciones Liberty ha desmenuzado abiertamente la distribución de ingresos y causó molestia en Maranello al revelar, algo que ya todos sabíamos, que Ferrari recibe más sin que necesariamente sea por razones justificadas.

 

Sí, ¡adivinaste! Ferrari dejó en la mesa su consabida amenaza de abandonar la categoría pero enseguida metió en otro equipo los sellos de una de sus marcas que, convenientemente, es un estandarte de motor sport como Alfa Romeo. ¿Qué interpretamos de eso? Ni sí, ni no, como dirían las abuelitas.

 

Pero cuando te falta Ferrari entre tus cartas, debes jugar con un comodín, o varios, que hoy Liberty Media ha dejado fuera del rango favorable.

 

Se trata de Mercedes que no está feliz de escuchar el tema de configuración técnica y también del nuevo reglamento para abastecer motores a otros equipos; ambas están en su contra. ¿Y qué pasó después?

 

La política y sus grandes intereses económicos han juntado a dos enemigos irreconciliables como Ferrari y Mercedes, cada quien por su lado, pero unificados en el propósito de ‘darle en la torre’ a lo que propongan los nuevos dueños.

 

El panorama no es de lo mejor, claro, pero aun sin cartas para jugar, hay mucho trabajo por hacer sobre todo en el área técnica y de competición, donde existen huecos grandes. Como las penalizaciones que son de dar risa.

 

Pero también la falta de carreras más atractivas para los nuevos aficionados, departamento que deberían tener como prioridad dado que se ha dejado de captar mucha gente para la F1 por la percepción de que la F1 es un generador de carreras predecibles y planas. Cosa que no es cierta necesariamente, pero el público lo pide.

 

En concreto, para distanciarse de la era Ecclestone, los americanos han desarrollado contenido y plataformas que acercan más a la gente, hay un torneo mundial de manejo con simulador, hay más disposición por hacer el medio de la F1, más alcanzable.

 

Dentro de todos estos cambios, deberá llegar el día que los boletos para asistir a una carrera, sean más razonables. Y entonces sí… ¡Agárrense!