No hay hotel escondido ni vuelo secreto que se les resista a los fanáticos chinos de Lewis Hamilton. Desde que el piloto sobrevuela los cielos con dirección al país asiático centenares de aficionados se ponen a trabajar para conocer cada uno de sus movimientos y seguirlo allá donde va.

 

 

“No se cómo lo saben. Saben mis horarios de vuelo, en qué vuelo estoy, a qué hora voy a llegar, son como agentes secretos”, contaba el pasado jueves Hamilton a un grupo de periodistas en el circuito de Shanghái, donde ayer tuvo lugar la carrera del Gran Premio de Fórmula Uno de China en la que se proclamó vencedor.

 

 

En ningún otro país del mundo, asegura, tiene tales recibimientos multitudinarios. “Llegaron al aeropuerto de Pekín, esperaron fuera de mi hotel, en el aeropuerto de nuevo, en la ciudad de Chengdú. Actúan también como mi seguridad porque del aeropuerto al evento me acompañan. Me asomo a la ventanilla y ahí los veo, saludándome todo el camino”, explicaba sorprendido.

 

 

En China, un país con más de mil 300 millones de personas, es difícil sentirse sólo y los chinos son además fanáticos de las nuevas tecnologías para comunicarse, algo que facilita la transmisión inmediata de mensajes.

 

 

Pero, ¿cómo descubren, por ejemplo, el vuelo exacto en el que llegará el piloto? Una de las estrategias la cuenta Qingtan Zeng, una joven seguidora que acudió a la carrera con su bandera británica: estudiando cada uno de sus abundantes mensajes en las redes sociales.

 

 

“El otro día, por ejemplo, publicó un mensaje en (la red social) snapchat diciendo que iba en un vuelo hacia China, miramos en internet cuál podía ser y esperamos fuera del aeropuerto. Muchas veces esperamos en todos los vuelos posibles por lo que cuando llega por supuesto que lo pillamos”, cuenta.

 

 

Siempre con su teléfono en la mano y con su cámara dispuesta a disparar, Hamilton es un usuario muy activo de las redes y uno de los pilotos con más seguidores, 4,2 millones en Twitter.

 

 

Esta red social está prohibida en China pero el piloto no se ha olvidado de los seguidores del país. Tiene también una cuenta en Weibo, el twitter chino, con casi un millón de seguidores, en la que también publica mensajes. / Redacción y agencias