El escritor y activista medioambiental Homero Aridjis, considerado uno de los intelectuales mexicanos contemporáneos con mayor proyección internacional, propuso hoy “levantar un muro de poesía contra la violencia y la intolerancia”.

 

 

Aridjis hizo esta consideración en una entrevista con Efe con motivo de su participación en un seminario sobre su figura y obra organizado por el Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti, ubicado en la Universidad de Alicante (este de España).

 

 

“Creo aún en el amor y la poesía; defiendo la dignidad de la persona y me considero un hombre del Renacimiento”, confesó Aridjis, quien recordó que decidió desde muy joven aplicar “el deber de sobrevivir no solamente como individuo, sino también como conciencia moral” de su país.

 

 

La situación actual de México se caracteriza por “un ambiente de criminalidad”, en el que se “tiene conocimiento de actos de violencia contra las mujeres, masacres entre cárteles de la droga, corrupción de políticos….”, lo que propicia que “uno siente que el país se desmorona en torno a uno”.

 

 

Hay que “sobrevivir al ambiente adverso, negativo o conflictivo que te rodea pero de una manera independiente, creativa y positiva, sobre todo ahora porque estamos viviendo en un país en crisis moral”, que afecta a otras naciones por el narcotráfico, que califica de “una plaga global”.

 

 

Reconocido y premiado por su labor como poeta, novelista, dramaturgo, periodista ambientalista y máximo responsable del PEN Club Internacional entre 1997 y 2003, Homero Aridjis (Michoacán, 1940) estima que para combatir el narcotráfico hay que buscar una solución “global”, impulsar una especie de “coalición de países que se enfrente al problema frontalmente”, sin “hipocresías”.

 

 

Sobre la situación política de México, el autor de poemario “Del cielo y sus maravillas, de la tierra y sus miserias” opina que “tiene el grave problema de la corrupción de todos los sectores: de los políticos, de la policía…” y sentencia: “El problema de la corrupción es un hoyo negro como en el espacio que está chupando la energía positiva del país”.

 

 

Al presidente de EE.UU., Donald Trump, lo ve “como un bárbaro porque se enfrenta, quiere ningunear y agredir a México, que es quizás el país de las Américas con más cultura; es de las civilizaciones más antiguas de las Américas”.

 

 

“México existía antes que Escocía, de donde procede Trump”, añadió Aridjis, quien publicó su primer libro, el poemario “Los ojos desdoblados”, en 1960, y un año después vería la luz “La tumba de Filidor” por el que Octavio Paz lo calificó como “el mejor poeta joven de México”.

 

 

Aridjis tildó de “estúpida” esa idea de levantar un muro entre EE.UU. y México por ser “cortar el continente en dos”, y recuerda la nomenclatura de muchas ciudades y calles estadounidenses de origen hispano: “Los Ángeles, Santa Bárbara, San Diego, El Paso, Laredo, Colorado…”; en su opinión, sería “absurdo tratar de mutilar la historia”.

 

 

La propuesta de Trump de levantar ese muro representa una medida “populista, insostenible e irrealizable”, apuntó Aridjis, quien defiende reemplazar los muros fronterizos por paneles solares para suministrar electricidad a ambas naciones.

 

 

Explicó que estuvo hace un par de semanas en Arizona y visitó la frontera con México donde habló con jefes de tribus indígenas que viven entre los dos países y que le dijeron que “de ninguna manera iban a tolerar un muro”, una consideración compartida también por rancheros que poseen tierras en esa zona y vinculación tanto laboral como de amistad con Estados Unidos y México.

 

 

“Nos comentaron que demandarían” a Trump si finalmente se materializaría la construcción de un muro, dijo Aridjis, para quien el gobierno mexicano “ha sido un poco pasivo” en relación con esta polémica.

 

 

Creador en 1985 del Grupo de los Cien, ideado para ayudar a la protección de la naturaleza mexicana y latinoamericana, Aridjis considera que la política medioambiental de Trump es “una aberración” porque “está autorizando” que se busquen o exploten recursos, como petróleo, hidrocarburos y gas natural, en el Ártico, entre otras actuaciones.

 

 

El autor de “Ciudad de zombis” no se muestra muy optimista en general sobre el mundo de zombis en el que se mueven los jóvenes de hoy en día, aunque hay algunos que sí son conscientes de la realidad del planeta y son esos los que le interesan.

 

 

“Me importan los jóvenes con conciencia social y ecológica, y con visión del presente y del futuro, no solamente que sea una generación que baila”.