El 6 de julio de 1907, en el barrio de Coyoacán, nace Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, que con el paso de los años se convertiría en una de las mujeres más universales, gracias a su obra pictórica y a la historia de su vida.

 

Para conmemorar el 110 aniversario de su nacimiento, presenté una iniciativa que busca rendir homenaje a la artista, a la mujer libertaria, a la mujer comunista, a la mujer poeta, y poner su nombre con letras de oro en un friso de la ALDF, al lado de los personajes ilustres de nuestro país que actualmente habitan en el recinto.

 

Hoy, Frida Kahlo es una de las figuras más emblemáticas a nivel internacional. Su obra ha trascendido las fronteras de México debido a la influencia ejercida en el ámbito de la pintura, la política, la arquitectura y la moda, al tiempo que logró redefinir el concepto de belleza.

 

Es Frida la que crea controversia con el padre del surrealismo, André Breton, cuando viaja a nuestro país en 1938 para conocer el surrealismo mexicano, y se encuentra con la obra de la pintora a la que define como la esencia misma del movimiento surrealista y a la que le dedica el ensayo Un listón de seda alrededor de una bomba.

 

Frida no se reconoce en esa tendencia artística y responde “… pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad”.

 

Es Frida la que teje su historia personal cargada de leyendas amorosas que incluye mexicanos, rusos, alemanes, franceses, japoneses y españoles. Es Frida la del corazón universal, como su obra, que hospeda a hombres y mujeres que huyeron de los conflictos políticos de un mundo convulso como André Bretón o León Trotsky.

 

Es Frida la que vivió en un período en el que México y el mundo experimentaban la confluencia entre la modernidad y la Revolución, en un contexto en el que numerosos artistas participaron de un proyecto cultural que intentó transformar un pasado tumultuoso y sangriento.

 

Su rasgo más conocido es su relación con León Trotsky, al que recibe en su casa de Coyoacán en su etapa de exilio. Pero su nombre también está ligado a otros personajes como Tina Modotti -que fue su íntima amiga- o el revolucionario cubano Julio Antonio Mella, entre otros.

 

Es Frida Kahlo la coyoacanense que ensambla perfectamente su nombre, su biografía y su obra para facturar un personaje que trasciende el tiempo y las fronteras, y se hace de y para la gente, hasta convertirse en películas, canciones, libros y leyendas falsas o ciertas.

 

Es Frida la que genera que el consumo de su obra se confunda con el consumo de su persona, para así dar paso a la “Fridomanía”, donde la artista deviene en ídolo y su obra, en el recuento de su tragedia personal.

 

Es Frida la que está inseparablemente ligada a Diego, y viceversa. Es la que Carlos Fuentes, citando un comentario de Diego Rivera, “la describe como el símbolo mismo de la verdad, la realidad, la crueldad y el sufrimiento. Nunca –añade Diego- ha puesto una mujer tanta poesía agónica en una tela”.

 

En lo pictórico, Frida tuvo un gran valor y reconocimiento mundial como artista. Su obra contiene elementos originales y autobiográficos que complementan su historia. Es una de las pocas mujeres artistas que brillaron en su tiempo abriendo un campo para las que vendrían posteriormente.

 

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón es un ícono cultural de Coyoacán, de la Ciudad de México y del país que mantiene la fuerza y el esplendor de su imagen y su obra, lo que reafirma la importancia de rendirle un merecido homenaje desde la Asamblea Legislativa. ¡Letras de oro para Frida!

 

caem