Washington. Legisladores estadunidenses, republicanos y algunos demócratas, advirtieron que rechazarán la petición de recursos adicionales del presidente Barack Obama para atender el arribo de migrantes menores de edad.

 

Aun cuando el flujo de menores sin acompañantes disminuyó en las últimas semanas, según funcionarios estadunidenses, es incierto un acuerdo en el Congreso para abordar el tema migratorio.

 

El presidente pidió 3.7 mil millones de dólares suplementarios para atender el arribo de unos 54 mil menores centroamericanos, pero entre los legisladores demócratas hay una creciente oposición a quitar protecciones legales para los menos migrantes.

 

El debate actual se ha centrado en la ley contra el tráfico de personas, firmada en 2008 por el entonces presidente George W. Bush.

 

Esa regulación da mayor protección legal a menores de edad de países de Centroamérica para acogerse al derecho de asilo, a diferencia de los inmigrantes de México y Canadá, para los que ordena la inmediata deportación.

 

La ley prevé que los menores queden bajo cuidado del Departamento de Salud “en un ambiente lo menos restrictivo”, tengan acceso a un abogado y asesoría, y ofrece la posibilidad de reunirlos con su familia.

 

El miércoles pasado, un grupo parlamentario hispano se reunió en la Casa Blanca con el presidente Obama, a quien le expusieron su oposición al cambio en la política de deportaciones.

 

Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de representantes, instó a mantener las protecciones legales a los menores, al argumentar que se trata de una crisis humanitaria.

 

Por su parte, la mayoría republicana, encabezada por John Boehner, enfatizó que no dará un “cheque en blanco” a Obama.

 

Una encuesta del diario The Washington Post-ABC, citó que 53 por ciento de estadunidenses apoyan que el Congreso apruebe los fondos para acelerar las deportaciones.