Grande es la diferencia entre asumir determinada influencia y obstinarse en las imitaciones.

 

Un par de años atrás, Pedro Caixinha llegó al futbol mexicano siendo un desconocido, aunque avalado por guardar cierto nivel de amistad con el director técnico más mediático de épocas contemporáneas, como lo es el también portugués José Mourinho.

 

Su trabajo le permitió ganarse la continuidad en el club Santos, pese a que todavía no ha logrado reflejar esa buena conducción en algún título. No obstante, con Caixinha el cuadro lagunero ha avanzado a tres Semifinales consecutivas, señal inequívoca de que su labor ha sido de una regularidad atípica a nuestro certamen.

 

Sin embargo, en este camino de dos años ha coleccionado enemigos y acumulado confrontaciones. Con árbitros como Marco Rodríguez, con jugadores como Enner Valencia, con aficionados, con sus propios dirigidos (alguna vez dijo que Oribe Peralta y Darwin Quintero habían actuado como “jugadores más que vulgares cuando tienen la responsabilidad de llevar al equipo a las espaldas”), con directores técnicos rivales como Miguel Herrera, Tomás Boy, Antonio Mohamed, Enrique Meza. Un polemista en toda la extensión de la palabra…. y al más puro estilo Mou: hombre que si no tiene delirio de persecución, sabe fingirlo de maravilla en aras de manejar a la opinión pública y comandar la agenda de los medios.

 

Por eso, que Caixinha haya aparecido en la conferencia de prensa de ayer con una lista para leer la cantidad de veces que los árbitros han ayudado al América en lo que va del torneo, luce burdo. Por principio de cuentas, porque es una fiel copia de lo que ha hecho Mourinho varias veces en Europa.

 

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Llegado a este punto, un par de aclaraciones para evitar que estos renglones tengan más interpretación que lo dicho: no solamente no soy americanista, sino que, como aficionado al Guadalajara, disfruto con sus derrotas; y por si alguien se lo pregunta, que a menudo sucede, trabajar en Televisa nunca ha implicado para mí (supongo que tampoco para mis compañeros) la necesidad de alabar al cuadro águila.

 

Lo mismo habría escrito si Caixinha hubiese sacado una listita argumentando que se beneficia a Cruz Azul, Pumas, Tigres, Jaguares, León, Atlas o quien fuera: alguien que ha experimentado problemas con una persona, puede acusar a esa persona; alguien que los ha padecido con dos individuos, acaso tenga credibilidad para señalar a esos dos individuos… pero si alguien vive desencuentros, controversias, pleitos en tantos frentes, entonces el problema es de ese alguien (tal como sucede a su mentor Mourinho). ¿Paranoia? ¿Simple afán disruptivo? ¿Ser conflictivo sin remedio? Yo le llamaría no saber perder, y algo peor: preparar el terreno para hacer justificables las eventuales derrotas o heroicas las eventuales victorias.

 

Caixinha cerró su perorata con las siguientes palabras: “Con el árbitro que viene, Luis Enrique Santander, no hay ninguna incidencia y les tocó en la fecha cinco. Nos da mucha alegría saber que es el próximo árbitro y no está con ninguna situación”. Es decir, que Santander saldrá especialmente presionado por no afectar a Santos… Y si lo hace, ya sabe a lo que se atiene.

 

Tal como con Mourinho, del cual hay muchísimo que aprender y no necesariamente esa faceta.

 

La sutil diferencia entre saber tomar influencias y no vivir bajo la tentación de las imitaciones. Sutil diferencia que escapa a este mini-Mou de la Comarca.

 

 

 

 

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