Como para no entender. O, peor aun, como para pensar mal.

 

 

Desde las islas británicas se reitera una nota: la molestia de la Agencia Mundial Antidopaje (por sus siglas en inglés, WADA) ante los casi inexistentes análisis de dóping efectuados en la liga española durante el último año.

 
De acuerdo con este reporte, la cifra total no supera los 57, contrapuestos con los 799 a los que fueron sometidos quienes compiten en la Premier League. Es decir, que la diferencia entre los dos campeonatos más competitivos de Europa, es abismal, ni siquiera de un diez por ciento de uno respeto al otro.

 
¿Qué ha sucedido? Que el único laboratorio certificado por la WADA en España, perdió tal condición tras una serie de anomalías detectadas por la Agencia. Lo lógico hubiese sido que el laboratorio corrigiera a la brevedad tales deficiencias o, de lo contrario, se contratara a otro para analizar sus muestras de sangre y orina; como sea, eso no aconteció.

 
De forma tal que los jugadores de esta liga que no participan en certámenes europeos o no son convocados a determinada selección, viven en la absoluta impunidad, con márgenes de tiempo espléndidos para ingerir sustancias prohibidas y descontaminarse ante de ser que llegue el momento de ser evaluados.

 
La culpa no puede ser de la WADA, sino de quienes, como la liga española, admiten vivir fuera de su abrigo, tan despreocupados por desvirtuar su competencia y por ser una potencial incubadora de trampas. Un campeonato que genera tantos millones, no puede permitirse tal laxitud.

 
Desde hace mucho tiempo los grandes deportistas españoles han sido blanco de dudas y ataques, que a menudo me han parecido tan excesivos como faltos de sustento: todos esos tenistas, ciclistas, pilotos, basquetbolistas, futbolistas, salen mal parados de este sin-sentido, aunque no guarden relación con la liga. Hablamos del torneo de futbol de la que han salido los últimos tres campeones de Champions League, Europa League, Supercopa europea y Mundial de Clubes. Hablamos también del organismo deportivo que mueve más dinero no sólo en este país, sino en la totalidad del sur del continente.

 
Una WADA sin poder para exigir análisis periódicos en las ligas de futbol, es inútil. El nuevo marco de regulación y certificación deportivas, han de darle un genuino mando para cambiar lagunas como ésta.

 
Si ante esquemas como el del dopaje de estado detectado en Rusia, ha existido prisa por señalar y descalificar, ante un contexto como este, tiene que ser idéntico. Dejar de hacerlo, es convertir a todos (por principio FIFA y UEFA) en cómplices.

 
¿La mejor liga del mundo? Episodios como éste confirman la razón por la que la Premier League manda: su esquema que impide que los clubes gasten más de lo que ingresan, su profesionalismo a otra dimensión del arbitraje, su paridad en los ingresos por venta de derechos de televisión, la seguridad en sus estadios, su calendario y organización, su superioridad para explotar y proyectar un producto, ya se conocían. A eso, añadir ahora que en la liga española es posible jugar sin someterse análisis de dopaje. Por increíble y ridículo que pueda sonar.

 
Twitter/albertolati

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