Una costumbre, la de jugar cada cuatro días, que en su momento implicó demasiados quebraderos de cabeza al medio futbolístico: otro desafío físico, planteles más vastos, la necesidad de preparación e implicación mayor a todo nivel; puede decirse que ahí nació la genuina profesionalización, el ser futbolista a tiempo completo.

 

Por décadas, esa frecuencia fue excepcional. Épocas en las que buena parte de la actividad se limitaba a lo que aconteciera en fin de semana, más en sábado que en domingo; para hacerlo en domingo, hubo que vencer fuertes resistencias religiosas por quitar atención a los servicios eclesiásticos; lo de efectuarlo en sábado por la tarde surgió antes, justo cuando los sindicatos consiguieron limitar a media jornada laboral ese día y la tarde quedó libre de obligaciones.

 

Sin embargo, pocos pensábamos que el futbol de cada cuatro días, estuviera encaminándose a ser cada dos, ritmo sólo equiparable o superable por baloncesto y beisbol.

 

Si la última temporada festiva de Inglaterra vio apretarse cuatro jornadas en un lapso de diecisiete días (del 17 de diciembre al 4 de enero), para la próxima se ha programado que sean hasta seis fechas en un idéntico período. Es decir, la catarata de sesenta cotejos en dos semanas y media, muy bien distribuidos para que la televisión pueda sacarles la mejor tajada posible.

 

Noticia en especial molesta para los directores técnicos de la Premiership, quienes ya protestaron ante el calendario de este último diciembre (Jürgen Klopp cuestionaba: “¿cómo preparas a un equipo para eso?”). En todo caso, no quedará más alternativa, dado que Inglaterra desea concluir con sus tres torneos locales a un mes de Rusia 2018 para conjuntar bien a su selección. Eso y también el inmenso negocio derivado de los partidos en fechas en las que no hay demasiado más que hacer, como no sea comer y beber.

 

En México fue muy criticada la final en pleno 25 de diciembre, aunque resulta necesario enfatizar la razón: nada hay de malo en que se juegue en cualquier día del calendario, sea Navidad, Año Nuevo o Semana Santa (ya la Liga Mx podrá concluir cuánto beneficia o perjudica al negocio); sí lo hay en desvirtuar tanto un campeonato, con un finalista parado 19 días y otro traqueteado con su viaje al Mundial de Clubes…, pero eso es tema de otro debate.

 

Lo interesante es que en Inglaterra van rumbo a una dinámica que sacudirá por completo a este deporte y modificará otra vez el concepto de la planeación. Jugar cada dos días representa anular por completo los entrenamientos y limitar las mañanas a viajes, charlas tácticas, sesiones de recuperación. Para afrontar algo así, es imprescindible una excelsa pretemporada y calendarios impecables, de los cuales hoy se carece.

 

De momento será una excepción para el cierre de este año, aunque tengo la certeza de que si se pretende seguir incrementando la cantidad de juegos a cada año –única forma de incrementar el volumen del negocio–, así lo veremos cada vez con mayor frecuencia, por mucho que la calidad del espectáculo tienda a verse afectada.

 

Twitter/albertolati

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