Cuando en 1993 México fue invitado a jugar su primera Copa América, resultó obvio que no habría mayor prioridad que ese certamen.

 

Significaba por fin poder luchar ante los titanes del continente, medir nuestras fuerzas, probarnos capaces de competir con la élite americana. Aquel año padecimos en el torneo a figuras del calibre de Gabriel Batistuta o Carlos Valderrama, y con el tiempo enfrentaríamos a cracks de la dimensión de Ronaldo, Juan Román Riquelme, Diego Forlán, Lionel Messi, Rivaldo, Ronaldinho, lo mejor del hemisferio.

 

Foto Lati_NOTIMEX

 

Ya en la primera edición se alcanzó a la Final y al paso del tiempo se ha conseguido tres veces el tercer sitio, lo que confirma una realidad: que detrás de los dos gigantes, Brasil y Argentina, México puede hacer frente a cualquiera.

 

Aquella participación debut, Ecuador 1993, ya coincidió con la Copa de Oro de la Concacaf. Apenas una semana separó a la Final perdida con Argentina en Guayaquil, del inicio contra Martinica en el otro frente. La gran diferencia es que por entonces apenas teníamos jugadores en Europa (en ese caso, sólo Luis García), lo que posibilitaba llevarlos a cuanto evento se deseara. Un par de años después, las dos copas se desfasaron, lo que permitió que desapareciera todo conflicto de intereses por llevar a los seleccionados a uno u otro torneo.

 

Así siguió la historia hasta 2007, cuando Hugo Sánchez debió afrontar las competiciones con escasos tres días de diferencia. En medio de la crisis que supuso perder con Honduras y sufrir para eliminar a Islas Guadalupe, tres seleccionados renunciaron a la Copa América: Pavel Pardo, Ricardo Osorio y Carlos Salcido, todos ellos pertenecientes a clubes europeos.

 

El debate seguía siendo extraoficial, relegado a la voluntad de las estrellas o el entrenador, pero crecían ciertas dudas: ¿cuándo tendrían vacaciones los jugadores, si se pasaban el verano en actividad?, ¿cómo repercutía esto en sus plenitudes físicas?, ¿qué opinaban al respecto quienes les pagan su salario?, ¿en qué condiciones y fechas reportarían a pretemporada en Europa?

 

Cuatro años después, México se vio orillado por la Concacaf a formar dos equipos: el estelar iría a la Copa de Oro y uno sub-23 con refuerzos participaría en la Copa América, lo que supondría parte de su preparación para los Olímpicos de Londres. El problema llegó cuando en la gira previa, ocho jugadores fueron separados del grupo por indisciplina. El Tri llevó lo que pudo a Argentina 2011 y cuajó su peor participación, con tres derrotas en igual número de partidos, para finalizar en último sitio.

 

Esta vez, la Concacaf ha reiterado la exigencia de que las estrellas tricolores van a Copa de Oro y que la Copa América se debe de afrontar con otras opciones. Una pena, sin duda, que la calendarización no permita tener a los máximos referentes mexicanos, en el evento en el que estarán Messi, Neymar, Cavani, James Rodríguez, Alexis Sánchez.

 

Se abre una gran oportunidad para los que van, encabezados por el veterano Rafa Márquez y el delantero Raúl Alonso Jiménez. Una primera ronda que luce superable con ese plantel, aunque con la sensación obvia de que con todos los que irán a Copa Oro, México aspiraría a mucho en Chile 2015. Se puede ver de muchas formas, pero no deja de ser un equipo B en el torneo A.

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