Por semanas, diversos funcionarios tanto de Hacienda, Sedesol, Sedatu y Bansefi me han dicho que el número de tarjetas clonadas y entregadas a los damnificados del sismo del 7 de septiembre pasado son un universo mucho menor con relación a las que han entregado y se han utilizado de forma correcta.

 

Sin embargo, cada semana van aumentando las irregularidades en la entrega de estas tarjetas, pues hay casos en que son clonadas, otros más en que un solo beneficiario sale duplicado o hasta quintuplicado en la entrega de las tarjetas, es decir, que recibe hasta cinco tarjetas que, obvio, no le corresponden.

 

No he de negar que en las investigaciones que han iniciado las autoridades, como la Comisión Nacional Bancaría y de Valores (CNBV), han encontrado casos en que los propios damnificados han viajado a Veracruz, Jalisco o hasta Quintana Roo para retirar recursos, y horas después denunciar que fueron clonadas.

 

Ahí las autoridades se han encontrado en la encrucijada de denunciar o no a estos beneficiarios, que ciertamente la están pasando mal, pero que han tratado de engañar a las autoridades.

 

Pero parte de estas irregularidades tienen un origen, y es el hecho de que la CNBV está investigando las razones por las cuales Bansefi no utilizó las llamadas tarjetas bancarias con circuito integrado para la operación del programa del Fonden, es decir, tarjetas con chip.

 

La explicación de primera mano que ha contestado Bansefi es que usó tarjetas de banda magnética debido a que debían entregar rápido los recursos y esta última tecnología era mucho más sencilla.

 

Insisto, los funcionarios dicen que el daño por clonaciones es menor, y que la gente ya recuperó esos recursos. Pero lo cierto es que hasta la fecha Bansefi lleva una pérdida de, al menos, dos millones y medio de pesos.

 

Sé que para ellos este dinero podría no ser mucho, pero pensemos en algo, de acuerdo al contrato que Bansefi firmó con la empresa Total System Services de México, para la elaboración y distribución de tarjetas el costo fue pactado entre dos millones 300 mil y cuatro millones 327 mil 700 pesos.

 

La variación en el precio dependía de la cantidad de kits que finalmente se fueran a utilizar, y para ello Bansefi argumentó: “A consecuencia de este fenómeno natural, más de 85 mil viviendas resultaron afectadas, siendo, según reportes de autoridades estatales y federales, Chiapas el estado con mayores afectaciones con un total de 54 mil 986 viviendas con daños estructurales y 17 mil 963 viviendas consideradas como pérdida total, lo que se traduce en 230 mil 941 damnificados, que representan 54 mil 986 familias perjudicadas”.

 

Contrato que, si lo pensamos bien, posee un costo similar a los pagos que ha tenido que hacer por las irregularidades detectadas hasta el momento.

 

Ahora la CNBV ha iniciado una investigación para determinar varios manejos de Bansefi, y bajo el oficio 122-2/4208/2017 detalla que en parte de esta investigación está solicitando al banco, detalle de todas las etapas para la creación, uso, activación y entrega de tarjetas. Y no deje pasar algo, ya que hay datos para pensar que un funcionario de Bansefi estaría involucrado en las irregularidades y hasta clonaciones…