En Colombia las FARC llegaron a controlar 18% de la producción de cocaína y esta era la principal forma de financiamiento que les permitió tejer una red de reclutamiento en toda América Latina. Las Autodefensas Unidas de Colombia, al principio eran financiadas por empresarios y ganaderos que buscaban ajusticiar a los narcotraficantes que se habían metido con los familiares. En Michoacán, es importante establecer de dónde viene el financiamiento y a qué objetivos obedece.

El discurso de las autodefensas hace un par de meses estaba basado en el reclamo a la inseguridad y falta de Estado de Derecho en la zona. En un principio se habló de un financiamiento de “productores agropecuarios” que estaban hartos de la explotación. Esto animó a que varios empresarios y miembros de la clase alta de la zona realizarán aportaciones de uno a tres millones de pesos a cambio de ajusticiamientos. Los empresarios realizaban la aportación y en una semana las autodefensas les presentaban fotos de los asesinatos que habían llevado a cabo para “entregar justicia” a las familias que antes habían sido agraviadas.

 

Otra fuente de apoyo logístico fue el Ejército, ya que al tomar una acción pasiva con las autodefensas provocó un escudo táctico para las fuerzas rivales, que son protegidas por las policías locales. Esto permitió que las autodefensas llevaran a cabo retiradas de forma ordenada, lo cual es muy importante cuando un contingente armado tiene pocos elementos.

 

Los cárteles rivales a los Templarios también han financiado a las autodefensas a través de la venta de armamento barato, así como la incorporación de varios hombres y la entrega de inteligencia sobre los contrarios. Esto es difícil de cuantificar en pesos, pero es un apoyo cualitativo. La inteligencia que los cárteles rivales han proporcionado se centra en los nombres y puestos de funcionarios estatales que trabajan para los Templarios.

 

Lo que complica la desarticulación de las autodefensas es la diversidad de objetivos y actores que esperan tener un beneficio. Esto también va a hacer más difícil la manera de llegar a un acuerdo con ellos. Por eso, antes de llegar a una solución y crear un pacto social, es importante definir quiénes son los actores que se pueden sentar a la mesa hoy.

 

Sin embargo, el primer punto que se les debe exigir a las autodefensas es que depongan las armas y respeten a las autoridades civiles. Esto no será nada fácil, ya que ellos pueden poner como pretexto que cuando esto suceda, los Templarios los atacarán. Pero es ahí donde la sociedad debe empezar a creer en las autoridades y para ello el Comisionado Alfredo Castillo tendrá que poner especial énfasis en la reconstrucción de la SSPE y la PGJEM.  Si el Estado mexicano, no le cumple a Michoacán y le provee de una fuerza pública en la cual confíe y sea eficiente, estaremos abriendo el paso para la legalización de las armas en México. Porque ahora será valido que cada quien haga justicia por su propia mano cuando falla el Estado.