En los tiempos recientes hemos sido testigos, a nivel global, de la exacerbación de la violencia en la realización de conductas delictivas, de tal suerte que en la materialización de los delitos, el delincuente no tiene ya respeto hacia la integridad física y la vida de las personas que son sus víctimas. Mostrando con ello una falta de valores, una ausencia de solidaridad y cohesión social, igualmente se observa una legislación insuficiente que permitiría endurecer mayormente la sanción de los actos violentos, así como la influencia de fenómenos culturales que enarbolan la violencia como eje de sus acciones; ejemplo de ello es el ensalzamiento de una cultura probélica americana o la narcocolombiana, que han dado como resultado que en la comisión de un delito, el delincuente acorte sus tiempos entre la ideación y la materialización de su conducta.

 

 

Asimismo, hemos visto cómo no existen valores éticos acordes con los sociales, ni tampoco nociones de consecuencias de derecho que impidan que se realice el acto delictivo en la mente criminal. Es en este sentido que resulta indispensable que se sumen esfuerzos en los diferentes sectores de nuestra sociedad. En el nivel más básico, que es el familiar y es el más importante en que reside el fundamento base para generar nociones éticas en los individuos, que sea el referente real del actuar en su conducta ante la sociedad; también es importante la responsabilidad de las instituciones, particularmente en las instancias legislativas.

 

 
Hoy tenemos que sancionar mayormente la comisión de hechos delictivos, y un ejemplo de ello es el uso de las armas de fuego, dado que en la actualidad éste es el instrumento que se usa frecuentemente en la comisión de los delitos. En algunas otras urbes del mundo, las armas tienen uso exclusivo de los cuerpos policíacos y las Fuerzas Armadas. Hay casos como en Estados Unidos que prolifera un espíritu armamentista que ha causado grandes tragedias en su población. Para nuestra sociedad será fundamental entender que el arma de fuego atenta contra la vida y la integridad corporal de las personas.

 

 

 

Así es como debe entenderse el bien jurídico protegido por la norma, es por lo que los legisladores tendrán la obligación de diferenciar que la conducta de poseer un arma de fuego no es sólo una violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, ya que no sólo se viola el sentido de quien debe poseer un arma; por el contrario, deberá entenderse que la posesión de un arma pone en riesgo la vida de nuestra población ante la presencia asociada de éstas en la comisión de diversos ilícitos.

 

 
También existe una responsabilidad en los medios de comunicación y redes sociales en cuanto a no proliferar, ni exacerbar la violencia y a hacer una apología de los delitos como un tema cotidiano y aspiracional para nuestros jóvenes.

 

 
Hoy, la cohesión social debe darse en torno a valores como son: el respeto, la solidaridad social, la preservación de la vida, la integridad familiar y de esta forma transitaremos hacia un más claro modelo de prevención del delito, de la disminución del riesgo y de la incidencia delictiva, es decir, transitar hacia una tendencia cero en la comisión de hechos delictivos. Los valores que reivindiquemos como sociedad serán un eje fundamental para mejor el desenvolvimiento social de nuestra ciudad.

 

 
En la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México trabajamos por la gente, por la sociedad, por una política pública que diseña programas preventivos y acciones orientadas a concebir, lograr y concentrar la participación ciudadana y que se llevan a cabo mediante estrategias plenamente establecidas e identificadas con la vinculación del ciudadano; convergen en instarlo y convocarlo a ser partícipe con la autoridad de diversas formas, a través de actividades institucionales concretas como: Cercanos y Seguros, Conversaciones Ciudadanas, Sendero Seguro y Ferias de la Seguridad. A este respecto se han realizado 11 mil 506 reuniones de seguridad, logrando una tasa de crecimiento mensual de 3% en comparación al año 2016.

 

 

 

Al realizar la actividad Cercanos y Seguros, se han visitado 122 colonias en las 16 delegaciones, logrando realizar 12 mil 169 encuestas ciudadanas. Se han efectuado 106 Ferias de Seguridad y asimismo se han atendido un total de dos mil 823 planteles educativos implementando el programa Sendero Seguro.

 

 
Sólo así, unidos, sociedad, gobiernos e instituciones, disminuiremos la violencia y la comisión de hechos delictivos. La policía en defensa de la sociedad.