En la avenida insurgentes sur, a una cuadra del centro comercial Perisur en la Ciudad de México, se ve un letrero despintado -casi ilegible- anunciando uno de los locales del restaurante Vips. En otro punto de la ciudad de México, en la esquina que forman las calles de Londres y Niza en plena zona rosa, un local de Vips luce avejentado, con escaso mantenimiento, como si sus mejores días ya se hubieran ido.

 

Y así es. Desde hace tiempo Vips dejó de ser “la niña de los ojos” que alguna vez fue para el Grupo Cifra de la familia Arango; cuando Jerónimo, el mayor de los tres hermanos, no solo revisaba personalmente el funcionamiento de los restaurantes, sino que también sugería su diseño, el color de los muebles, y hasta los nuevos platillos que se ofrecerían en el menú. Incluso se llegó a decir que el empresario Jerónimo Arango tenía un modelo a escala del restaurante Vips en su propia casa para reinventar el negocio restaurantero.

 

Pero los nuevos gerentes de la empresa de Sam Walton no pensaron lo mismo desde que adquirieron la mayoría accionaria de Cifra en 1997. La estadounidense Wal Mart nunca antes había manejado una división restaurantera en su grupo y solo aceptaron Vips en su compra mexicana porque vieron las sinergias, la buena gerencia y el liderazgo de mercado que habían construido los Arango en México.

 

Sin embargo los gerentes de Sam Walton no tuvieron la misma dedicación que tuvo Jerónimo Arango. En los años que siguieron pensaron en deshacerse del negocio restaurantero y decidieron no invertir más en lo que ya era la mayor cadena de restaurantes del país y que alguna vez se caracterizó por ser la vanguardia en calidad y atención del sector.

 

En los últimos cinco años, entre 2008 y 2013, la división restaurantera de Wal Mart representada por Vips apenas si creció en cinco unidades al pasar de 360 a 365, mientras que las bodegas Aurrerá, la estrella de las ventas del grupo, avanzaba a pasos agigantados.

 

Con ventas por alrededor de 6 mil millones de pesos que representan apenas 1.7% de las ventas totales del gigante del comercio en México, Vips concentra el 9% de los empleados del grupo en el país, una cifra 70% mayor que el número de empleados de Superama, un negocio que le produce a Wal Mart el 4.4% de sus ventas totales en México.

 

Así que en una coyuntura complicada para el gigante del negocio minorista en México, no solo por las denuncias de corrupción que se siguen en Estados Unidos, sino también por los resultados poco convincentes que ha arrojado su operación mexicana en los últimos dos años, es que los directivos de Wal Mart Stores decidieron finalmente poner a la venta Vips.

 

La intención manifiesta públicamente por la empresa es concentrarse en la comercialización de los productos de consumo masivo a través de los formatos más exitosos que han desarrollado, como las bodegas Aurrerá, para hacer frente a la intensa competencia que se ha desatado en todos los formatos.

 

Mientras tanto la venta de Vips ‘se cocina’ en un momento en que ha crecido el apetito de los inversionistas por el mercado de la comida en México -uno de los tiradores con bolsillos profundos podría ser la regiomontana Femsa que ha mostrado interés en este segmento- lo que seguramente mejorará las condiciones de venta de Vips para Wal Mart.

 

Así, la otrora ‘niña de los ojos’ de Jerónimo Arango está a punto de cambiar de manos.

 

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