La Asamblea Legislativa del DF inició el 2 de mayo pasado su Tercer Período Extraordinario de Sesiones en el que, entre otros temas, habrá de aprobar la nueva Ley Electoral que regirá para las elecciones de 2018 y en el que, con el nuevo régimen jurídico-político de la Ciudad de México, se elegirán nuevas autoridades como los alcaldes que sustituirán a los actuales jefes delegacionales y que, además, contarán con concejales como un mecanismo de equilibrio de poderes.

 

A ese respecto, el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Asamblea Legislativa, César Cravioto, declaró que “es conveniente sentarnos a dialogar con seriedad para elaborar una ley que represente los intereses de la mayoría de los capitalinos…”.

 

Evidentemente las fuerzas políticas que integran el órgano legislativo de la ciudad hemos realizado diversos intercambios sobre los aspectos que debe contener la ley, no por la declaración de Cravioto, sino por la simple y sencilla razón de pertenecer a un parlamento que tiene como su labor fundamental el diálogo constante y la toma de acuerdos para emitir las disposiciones jurídicas que regulan la vida cotidiana de los capitalinos.

 

Pero en este intercambio de ideas, que se encuentra muy avanzado, por cierto, ha quedado una silla vacía, pues el autor de la declaración no ha cumplido con una de las obligaciones primarias que tiene un legislador, que es asistir a las sesiones del pleno. De las seis sesiones que se han celebrado, sólo asistió a la del 2 de mayo que se instaló el período, después emigró al estado de Coahuila para hacer campaña para su partido, sin mucha suerte, dicho sea de paso.

 

Sus faltas son tan evidentes que hasta en su propio partido se lo reclaman, como queda constancia en la resolución pública que emitió, apenas en abril pasado, la Comisión de Honestidad y Justicia de su instituto político, por la que suspendió de sus derechos partidistas a seis diputados, en la que señala “de los elementos acumulados en el presente expediente se desprende que al interior del Grupo Parlamentario de Morena en la ALDF existe una dinámica de trabajo poco coordinada para la consecución eficiente y eficaz de los objetivos de este partido político”.

 

Pero el tema de sus faltas no es un asunto sólo de inasistencias; el hecho es que además de él, otros de sus diputados han faltado a sus labores legislativas pretendiendo, con falsas justificaciones, seguir cobrando sus percepciones. Tal parece que el lema de su líder “No mentir, no robar, no traicionar” le es ajeno.

 

Las percepciones de los diputados son dineros de la gente que paga impuestos y que cada día reclama más y mejores condiciones de vida y que los diputados de la Asamblea Legislativa cumplimos con la aprobación de leyes que buscan mejorar esas condiciones, pero ése es otro tema que a Cravioto le es también ajeno.

 

Como se ha comprometido, el marco normativo que regulará los comicios en la ciudad para 2018 estará en tiempo y forma, como también seguirá, seguramente, la silla vacía.

 

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aarl