Desde hace varias semanas, la salud de Elba Esther Gordillo Morales se ha complicado, ya que los médicos aseguran que estar tanto tiempo en un hospital ha provocado que sus malestares se incrementen. Sin embargo, las autoridades penitenciarias están impedidas a regresarla al Reclusorio Sur u otro centro de reclusión de la Ciudad de México, como también tienen prohibido trasladarla a su casa.

 

El juicio principal en contra de la ex lideresa magisterial parece ir lento, pese a que ella ha ganado tres casos donde la autoridad la acusó de defraudación fiscal y la PGR no logró sustentar el caso. Pero para el juicio clave aún no hay fecha para que se pueda obtener una sentencia, ya sea absolutoria o que compruebe su culpabilidad en los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero.

 

De acuerdo con los médicos y abogados de la maestra, su permanencia en un hospital por un tiempo tan prolongado (más de cuatro años) la expone a enfermedades nosocomiales (que podrían ser fatales, dada su condición monorrenal al haber donado un riñón años atrás).

 

Ahora las autoridades penitenciarias de la Ciudad de México se encuentran preocupadas por el estado de salud de Gordillo Morales, pues no quieren tener mayores problemas para mantenerla a salvo.

 

El 4 de agosto pasado, Elba sufrió un prolongado desmayo en el cuarto de hospital en el que se ha encontrado recluida con vigilancia policiaca; tras ser checada por sus médicos, ella recuperó la conciencia.

 

De acuerdo con sus abogados, tras el incidente se ordenó practicar una serie de estudios a efecto de descartar o corroborar que el desmayo no sea parte del isquema cerebral que tiene detectado y es parte del antecedente de los dos aneurismas que le fueron diagnosticados desde hace tres años.

 

Derivado de esos estudios que se ordenó se le practicaran, el sábado pasado fue trasladada con vigilancia policiaca al Hospital Ángeles del Pedregal, pues el nosocomio donde se encuentra recluida no cuenta con los instrumentos médicos necesarios para dichos estudios.

 

Sus abogados argumentan que el magistrado del Primer Tribunal Unitario ha incurrido en diversas violaciones al no haberle otorgado la prisión domiciliaria, violaciones tales como las que expusieron ayer en un comunicado de prensa, en el que aseguran que incluso el magistrado no otorgó la prisión domiciliaria a Elba Esther por no contar con un dictamen médico de embarazo.

 

Tal “razonamiento” no sólo rebasa en lo absurdo, sino que pone de manifiesto la mala fe del magistrado en quien se supone su papel es el de velar por las garantías fundamentales de los ciudadanos.

 

La maestra Gordillo está siendo atendida actualmente y se esperan los resultados de todos los exámenes. Lo cierto es que las autoridades jurídicas deben dejar en claro si existen pruebas suficientes en su contra y así llegar a una sentencia.

 

Una vez que se tenga la sentencia, se deberá decidir si en realidad existen o no condiciones para su prisión domiciliaria, y entonces las autoridades deberán asumir las consecuencias de lo que en breve podría ocurrir. En el caso de Elba como en el del resto de las personas, se debería pensar en la verdadera y pronta impartición de justicia, pues van varios años en que ni los medios ni la sociedad conocen las pruebas ofrecidas por el Ministerio Público federal.

 

caem