Con dos décadas de carrera, Muse se ha convertido en la que es, para muchos, la banda más importante del mundo en la actualidad. Integrada por Matt Bellamy (vocales, guitarra, teclados), Christopher Wolstenholme (bajo, coros) y Dominic Howard (batería, percusión, sintetizadores), y nacida en Devon, Inglaterra, en 1994, la banda lanza en territorio americano su más reciente álbum, Drones, séptimo álbum de estudio de la agrupación y que es considerado por sitios como Digital Spy y The Guardian como su mejor trabajo en una década, lo cual ya es un decir dado el éxito y la importancia de álbumes como The Resistance (2009) y The 2nd Law (2012).

 

Y es que la importancia de Muse radica en que es una de las pocas agrupaciones que se atreven a experimentar tanto lírica como musicalmente, a pesar de que muchos los han querido comparar con Radiohead y han criticado el estilo de los primeros discos de Bellamy y compañía con el sonido de la banda liderada por Thom Yorke. En respuesta, Bellamy ha señalado en varias ocasiones que a pesar de que reconoce la importancia de Radiohead, las similitudes entre ambas se las atribuye a la influencia que ambas tuvieron de Jeff Buckley. Sin embargo, a lo largo de su discografía son claras las influencias de agrupaciones como Marillion, Pink Floyd, Queen, Genesis y The Alan Parsons Project, leyendas de lo que podría ser catalogada como la Era Dorada de los álbumes conceptuales: la década de los años 70.

 

En Drones, a diferencia de sus dos anteriores trabajos, en los que experimentaron con música electrónica y orquestal, los de Devon optan por regresar a un sonido más rockero, aunque con algunos

 

tintes pop, cortesía de Robert ‘Mutt’ Lange (AC/DC, Shania Twain, Bryan Adams, Michael Bolton, The Cars) en la producción.

 

 

Una historia de alienación 

 

El concepto de Drones es similar, en tono, a lo mostrado por Stanley Kubrick en cintas como Naranja Mecánica (1971) o Full Metal Jacket (1987), e incluso hasta The Wall (Alan Parker, 1982), aunque actualizado a las nuevas teconologías: la brutal adoctrinación de un sujeto que es convertido por el sistema en un “dron humano”, psicópata, pero que termina por rebelarse ante sus opresores.

 

“Para mí, los drones son psicópatas metafóricos que permiten un comportamiento igualmente psicópata. El mundo está gobernado por drones que utilizan drones que nos convierten a todos en drones. Este álbum explora el viaje de un humano, desde su abandono y pérdida de esperanza, su adoctrinamiento por el sistema para convertirse en un “dron humano”, hasta su rebelión”, señaló Bellamy recientemente a la BBC.

 

En el álbum, Muse inicia de manera brutal, dura, primero con el estilo un tanto ochentero de “Dead Inside”, pasando por la brutalidad de “Psycho”, el clamor de “Mercy”, la neurosis de “Reapers” o el lamento de “The Handler”, para luego ir dando paso a la reflexión, misma que explota en “The Globalist”, en la que rinden homenaje a los clásicos scores para western compuestos por Ennio Morricone y cierran con toda la influencia de Queen y su “Rapsodia Bohemia”.

 

Y quizá sea el legendario Brian May quien ha dado la mejor descripción de lo que es Muse en la escena del rock actual: “Son unos músicos extraordinarios, sin miedo a dejar salir su locura, lo que siempre es bueno en un artista”.