Una vez que cumplió 75 años, el tiempo que le reste al frente de la Arquidiócesis Primada de México a Norberto Rivera Carrera dependerá exclusivamente de factores eclesiásticos; en particular, de la evaluación que haga el papa Francisco, y no de la coyuntura sociopolítica de nuestro país, coincidieron expertos.

 

Bernardo Barranco, sociólogo especialista en religión, dijo que pese a las buenas relaciones del cardenal con empresarios y políticos mexicanos, éstas no sirven para mantenerse en la Arquidiócesis; en contraste, la que sí le funciona es su influencia en la Iglesia católica, tanto en México como en El Vaticano.

 

“Los empresarios locales no tienen el poder de influencia en las decisiones papales. Los salvavidas que podría tener son los vínculos eclesiásticos y otro elemento es la evaluación que esté haciendo el Papa y la Curia (órganos de gobierno de El Vaticano) de la labor que tenga”, comentó.

 

Para el especialista, uno de los aspectos a observar es cuánto tiempo tardará Francisco en aceptar la renuncia (una vez que sea efectivamente ingresada), pues eso dejará a la luz qué tan bien se llevaban ambos líderes católicos.

 

“Si es muy pronta la aceptación de la renuncia. Es decir, en los próximos dos o tres meses, significa que la relación entre el Papa y el Cardenal es de pésima para arriba; lo normal es que lo aguante un tiempo más”.

 

Por su parte, Jorge Traslosheros, especialista en religión y académico de la UNAM, aseveró que la decisión de cuándo se va Rivera Carrera de la Arquidiócesis Primada de México es exclusivamente pastoral, y no tendrá nada que ver con el contexto sociopolítico de nuestro país.

 

“Lo común es que estos procesos sean muy eclesiásticos, es decir, no están sometidos a los plazos políticos. ¿En qué circunstancias pesa lo político?, sólo en persecución religiosa. Los tiempos son eclesiásticos; de eso no hay duda”, comentó.

 

El académico de la UNAM añadió que al tratarse de la Arquidiócesis Primada de México, una de las más importantes del mundo, el obispo de Roma debe pensar detenidamente quién estará al frente de ésta.

 

“El próximo verano el papa Francisco no tiene actividades públicas o viajes, por lo que no sería raro que dedique ese tiempo a la reflexión de temas importantes, como la renuncia (de Norberto Rivera) y su sucesor”, añadió Traslosheros.

 

En lo que coincidieron ambos especialistas es que sea el tiempo que tarde el líder de la Iglesia Católica en tomar su decisión, la figura de Rivera va a ir perdiendo fuerza ante los fieles y al interior mismo de la Curia.

 

aarl