El tema de los huachicoleros, los que roban el combustible de los ductos de Pemex, va más allá de ser otra expresión de la delincuencia organizada.

 

 

De acuerdo con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, el robo de combustible le representa al país pérdidas que van de los 15 mil a los 20 mil millones de pesos.

 

 

Estados como Puebla, Guanajuato y Tabasco resienten la presencia de estos grupos que malamente han ido ganando el apoyo de ciertas poblaciones, como quedó evidenciado hace una semana en el municipio de Palmar de Bravo.

 

 

Este municipio junto a Quecholac y Acatzingo, todos en Puebla, conforman el llamado Triángulo Rojo del robo de combustible, un símil del llamado Triángulo Dorado, un santuario para la siembra de mariguana y amapola, que conforman municipios serranos de Sinaloa, Durango y Chihuahua.

 

 

Según información oficial, el año pasado, Pemex detectó y clausuró seis mil 873 tomas clandestinas, lo que nos puede dar una idea del tamaño del negocio y del boquete a las finanzas de la empresa.

 

 

Pero el mayor daño ocurre, sin duda, en la imagen internacional que se genera.

 

 

Justo ahora cuando el Gobierno federal se empeña en llevar a los hechos la reforma energética, que implica la cesión y concesión de bienes y servicios hasta hace poco exclusivos de Pemex, se muestra lo frágil de la seguridad en ductos.

 

 

No sólo por el daño inmediato que causa la ordeña de los ductos, sino porque puede ser un factor negativo que influya en la aplicación de las reformas aprobadas es que el gobierno decidió endurecer el combate a ese delito que no únicamente amenaza las finanzas de la empresa, sino la seguridad misma de los habitantes en las zonas de tomas clandestinas.

 

 

Ya se tuvo una experiencia fatal en diciembre de 2010, cuando una toma clandestina provocó una explosión que mató a 29 personas en San Martín Texmelucan.

 

 

¿Quién querría invertir en una compañía amenazada por la ordeña ilegal?

 

 

¿Usted le entraría?

 

 

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En el PAN están seguros de que las encuestas que ubican a Josefina Vázquez Mota en el cuarto lugar en la carrera por la gubernatura del Estado de México forman parte de una estrategia del PRI para forzar el “voto útil’’ a favor de su candidato.

 

 

Y es que, de acuerdo a versiones de consejeros panistas, sus sondeos demuestran que Vázquez Mota está “entre uno y dos puntos” debajo de los punteros Delfina Gómez y Alfredo del Mazo.

 

 

La idea de colocar a la abanderada albiceleste en cuarto peldaño radica en desanimar a los votantes que no simpatizan con Delfina para orillarlos a votar por Del Mazo.

 

 

Ya se conocerá hoy, después del debate celebrado ayer por la noche, si la percepción de los panistas es sólo puros buenos deseos o si en realidad la elección será finalmente cosa de dos.

 

 

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El que se ha mantenido con bajo perfil, luego de la exhibida de que fue objeto por acarrear a 50 mil personas –a las que se condicionó la entrega de recursos de programas sociales- para que “escucharan” su informe, es el senador chiapaneco Roberto Albores Gleason.

 

 

Anda por el Senado como sobra y evita encontrarse con la prensa.

 

Mmm…