El nuevo CEO de Microsoft fue la atracción principal de una conferencia organizada por HP en Las Vegas hace unas semanas. Le platiqué a mi amigo Leonardo Ortiz que vería por primera vez a su jefe y me anticipó que me encantaría escucharlo en vivo. Tenía razón Leo (un experto mexicano dentro de la empresa de Redmond que ocupa altos cargos desde que Bill Gates era el líder), Satya me sorprendió gratamente.

 

Sobre todo porque Satya rompe con el temor que muchos empresarios demuestran ante su gobierno (temerosos de perder favores, contratos, un saludo o recibir un castigo directo).

 

Satya habla sin rodeos, aunque eso represente incomodar a sus anfitriones, entrenados por equipos de relaciones públicas en el difícil arte de decir nada, sin quedar mal. Por lo general, en este tipo de conferencias los invitados y los organizadores muestran su marca ante el mundo, dicen que les va muy bien y que pronto les irá mejor, aunque off the record lancen maldiciones contra las políticas que tienen que enfrentar y que muchas veces implica tener la cabeza en la guillotina de los inversionistas que ven cómo el trimestre fiscal contradice con números los discursos de los CEO´s y sus huecas sonrisas ensayadas para las fotos.

 

Durante su presentación, una videoconferencia que conectó Redmond, Washington, con Las Vegas, Nevada, Satya dijo:

 

“La cosa que viene a mi mente, que de hecho es lo que más me preocupa, es la reforma al régimen de vigilancia. Si piensas acerca de cuál es el rol fundamental del gobierno, es ser capaz de crear confianza. Confianza con sus ciudadanos, confianza entre naciones. En particular, Estados Unidos tiene realmente que adoptar un enfoque con el que recuperemos esa confianza”.

 

 

Como escribí para Forbes México, Satya Nadella dijo lo que nadie quiere aceptar. Cientos de empresas de Estados Unidos evitan hablar del espionaje de su gobierno, dicen que no están liberando información confidencial de sus clientes para fomentar la vigilancia, que cuidan los datos de todos los que confían en ellos. Pero pocos quieren hablar de ello. El nuevo CEO de Microsoft tuvo el valor de hacerlo.

 

“Si piensas en HP, Intel y Microsoft, somos empresas globales y para ser capaces de triunfar en un mundo global necesitamos que nuestro gobierno tenga una política que genere gran confianza entre sus propios ciudadanos, pero también con los ciudadanos del mundo y otras naciones”, dijo Satya Nadella.

 

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Dijo que hasta que no puedan dar algún atisbo de que los datos que guardan están seguros con ellos, que el gobierno de EU no tiene jurisdicción sobre ellos, sobre sus clientes, habrá una cierta estabilidad.

 

“Ellos no pueden ser desconocidos porque eso es lo que crea el problema de la confianza. Ahora mismo podría decir que es una causa de fricción, todo lo que tienes que hacer es ir fuera de Estados Unidos y hablar con los clientes, esto es lo que más les preocupa a ellos. Tenemos que ser capaces de resolver eso”, acusó.

 

Y retomo fragmentos del texto que redacté para Forbes porque este fin de semana llegó a mis manos una investigación de Danielle Kehl, Kevin Bankston, Robyn Greene y Robert Morgus, del Open Technology Institute (programa de la New America Foundation, organización que tiene en su board of directors a personajes como Eric Schmidt y Francis Fukuyama, y que fue creada para invertir en nuevos pensadores y nuevas ideas para afrontar los cambios que tiene ante si Estados Unidos, lejos de partidos y sin fines de lucro, aseguran).

 

El estudio explica a detalle cómo afecta a las empresas estadunidenses la historia que por primera vez se conoció a través de The Guardian hace más de un año, acerca de cómo la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) espía al mundo, sin importar si son aliados o enemigos, a través de los sistemas tecnológicos que las empresas de ese país venden y de equipos de hackers de élite (como informó 24 HORAS del TAO en su momento) que tienen permiso para robar lo que Washington ordene.

 

Las compañías estadunidenses que ofrecen servicios de nube y de almacenaje son las más afectadas hasta el momento, indica la investigación. Cita un estudio de la Information Technology and Innovation Foundation que pronostica que las revelaciones de la NSA le harán perder a la industria del cloud computing de EU entre 22 mil y 35 mil millones de dólares hasta 2016. Su competencia asiática y europea absorberá la mayoría de esa caída de ingresos en estos tres años, como nuevos clientes.

 

Cisco, Qualcomm, IBM, Microsoft y HP comenzaron a reportar caídas en sus ventas a finales de 2013, principalmente en China, a causa de las revelaciones. Lo malo es que no son las únicas compañías, además de que la percepción hacia ellas no ha cambiado en el mundo, o empeora. De eso habla Satya.