En ocasiones criticamos las acciones que ha realizado el Gobierno federal porque las consideramos negativas hacia el entorno de la estabilidad macroeconómica y la transparencia que al final den resultados en el nivel de confianza del consumidor y de los inversionistas.

 

 

Hasta ahora hemos visto el desarrollo de cinco licitaciones en el sector energético que al final llevan a niveles de inversión directa en el mediano y largo plazos. En esta ocasión por ocho mil 192 millones de dólares, en la generación de 82 mil empleos futuros y en el desarrollo de infraestructura de la región. Se trata de empresas de países como Alemania, Malasia, Colombia, Italia, Reino Unido, España, Rusia, Francia y Holanda, además de empresas mexicanas.

Así, este lunes pasado se llevó a cabo la licitación de la Ronda 2.1 sobre aguas someras o poco profundas por parte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. De un total de 15 áreas de campos con una superficie de ocho mil 908.2 kilómetros cuadrados, se asignaron 67% de ellas, que equivalen a 10 campos dentro de un entorno de elecciones presidenciales en 2018 y significará un reto a la confianza y a que cualquier administración que gane “respete” la reforma energética y sus efectos. Estados como Tamaulipas, Veracruz y Tabasco se estarán beneficiando de dicho resultado.

Pero también las empresas ganadoras mantienen una visión de largo plazo que se sobrepone a condiciones actuales de incertidumbre en el mercado, con precios del petróleo que registran caídas alrededor de 20% en lo que va del año, una OPEP que busca recuperar la confianza de inversionistas y trabaja para que el mercado logre un equilibrio entre la oferta y la demanda mundial, pero que atrás de esto se tiene a países como Estados Unidos y Canadá, que en la medida de que los precios del petróleo se mantengan arriba de los 40 dólares, la posibilidad de reabrir más plataformas está vigente. También países como Libia, Nigeria e Irak que siguen aumentando su nivel de producción.

Mañana, el Banxico y la inflación

Por otro lado, estamos atentos primero al dato de inflación a la primera quincena de junio y más tarde a la decisión del Banxico sobre su política monetaria el día de mañana.

Se espera que la inflación alcance un nivel anual alrededor de 6.25-6.30%, y con ello, el riesgo de la brecha inflacionaria siga repercutiendo en el Banco Central para determinar un aumento de 25 puntos base en la tasa de referencia a niveles de 7.0%.

Recordemos que en 2009, la inflación en México alcanzó niveles de 6.50% anual y estaremos muy cerca de ese nivel nuevamente. La inflación mundial, y en especial en países o regiones desarrolladas, empieza a normalizarse entre 1.0 y 2.0% anual. Además, los precios de materias primas comienzan a reflejar menores presiones como el costo del petróleo, por lo que es muy probable que en este 2017 estemos cerca de ver un techo en las tasas de interés de la parte “corta” de la curva y el Banxico sea enfático en la cercanía de un punto alto.

No hay duda de que el Banxico sabe hacer muy bien su trabajo. El liderazgo de Agustín Carstens es indudable, por lo que debemos estar atentos a ver quién será su sustituto. Es muy probable que en la segunda quincena de agosto sepamos quién es.