Pocas semanas previas a un juego superan al clásico nacional; quizá la final, y depende quienes de disputen. Un clásico regional puede abordar interés general sin duda, o bien un juego trascendental de la selección. Pero casi nada supera la expectativa y las ganas de hablar de futbol que el mismísimo clásico de clásicos.

 

A menos que en la escena tengamos la polémica semanal a la que nos ha acostumbrado José Luis Higuera, un directivo de recién ingreso en el medio futbolístico del que hasta el momento se habla más de lo que dice que de lo que hace, y eso no es buena señal.

 

A menos que se cruce nuevamente la polémica por el mal servicio que hasta el momento ofrece Chivas TV y la misma Profeco, que si atendiera todos los casos como lo ha hecho con este, de otra cosa estaríamos hablando.

 

A menos de que América proteste formalmente una tarjeta y proceda ante la Comisión Disciplinaria y esta a su vez otorgue razón para que uno de los jugadores más importantes de coapa pueda participar, y entonces renazca el “sospechosismo” que siempre ha acompañado a este equipo, con o sin razón, con y sin fundamentos.

 

A menos de que se hable más de los deseos que de la realidad, porque eso ha sido Alán Pulido para Chivas desde hace mucho tiempo, y justo en semana previa al clásico vuelve a robarse la atención y a generar puntos de vista encontrados entre el mismo Higuera y Matías Almeyda, ya que el primero establece en twitter que no nos dejemos engañar, mientras que el técnico acepta que siempre les ha interesado y en la actualidad nada ha cambiado en ese sentido.

 

A menos de que desde la Comisión de arbitraje nos regalen la puntada con la asignación de un árbitro con muy poca experiencia para abrir la puerta nuevamente del mundo donde todo es posible y en el que Almeyda ya se protege solicitando justicia.

 

A menos de que la nota de mayor interés en América haya sido el trolleo que aplicó Moisés Muñoz con la cuenta de Oribe Peralta a un aficionado a través de twitter.

 

A menos de que todos estos intrascendentes sucesos se presenten, hubiéramos podido hablar del juego que reúne a los dos equipos más populares con un sin fin de historias que contar. Entonces sí nos hubiera dado tiempo de establecer con claridad que América llega con más y mejores argumentos tanto en lo individual como en el colectivo. Qué tiene un plantel más redondo y tienen identificado su estilo de juego, mientras que Chivas aún da vueltas tratando de encontrar, primero, un cuadro base  para después intentar imprimir un sello.

 

Y entre todo esto se nos fue la semana, solo esperar que los noventa minutos no resulten tan huecos como los fueron los días que esperamos para ver de nueva cuenta a estos dos en una misma cancha.