“He gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado”, contestaba George Best cuando le preguntaban si era un jugador que gastaba todo lo que ganaba en frivolidades.

 

Una verdadera figura del futbol, un crack en toda la extensión de la palabra, con el Manchester United fue campeón de Inglaterra en 1965  y 1967.

 

Además se coronó campeón de la Champions League en el mítico equipo de los Red Devils en 1968, al ganarle 4-1 al Benfica de Portugal.

 

Esta semana se cumplieron nueve años de la muerte del jugador nativo de Irlanda del Norte, con quien jamás pudo jugar un Mundial.

Billete

Los goles le dieron notoriedad en la prensa inglesa, pero su vida llena de excesos le dio la fama y el renombre de crack en toda la extensión de la palabra.

 

Siempre que estaba de fiesta, pero cuando se trataba de jugar, no había nadie que se le igualara.

 

Era además, sagaz y brillante a la hora de contestar a los reporteros que siempre trataron en vano de incomodarlo con sus preguntas.

 

Best regaló verdaderos aforismos sobre la vida de los futbolistas que prueban las mieles del éxito.

 

“En 1969 dejé las mujeres y el alcohol, fueron los peores veinte minutos de mi vida”, decía cuando le cuestionaban con el alcoholismo.

 

“Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas”, contestó a un reportero previo al clásico de Inglaterra.

 

La fama de Best trascendió a su tiempo, tanto que la banda británica The Weddin Present le dedicó todo un disco a él en 1987.

 

 

Esta semana el banco del Ulster puso en circulación un billete conmemorativo en homenaje al futbolista.