Aunque estudios señalan que esta enfermedad afecta a personas predispuestas por genética, con una respuesta inflamatoria anormal; otros investigadores la ligan directamente a las condiciones de pobreza que padecen miles de personas en países como Uganda, Etiopía, Camerún, Ruanda, Burundi, Uganda, Tanzania, Kenia, Sudán Cabo Verde, Bioko (Guinea Ecuatorial), y Sao Tomé y Príncipe.

 

Es la podoconiosis, el mal que inflama, espesa la piel, crea úlceras e infecta los pies.

 

 

El padecimiento vuelve a tomar relevancia, luego de que en abril de 2017 se detectó que una oleada de agricultores de Uganda fueron diagnosticados con él.

 

Expertos del Ministerio de Salud de ese país, junto con especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)y otros; registraron que “este tipo de elefantiasis está asociada con la agricultura y años de trabajo descalzo en suelo recién convertido”.

 

Luego de que el antecedente genético implica una respuesta inflamatoria a las partículas minerales de la tierra, se detalló -tras una serie de entrevistas con afectados de un mismo pueblo- que también todos los enfermos no usaban zapatos.

 

Se contaron al menos 52 víctimas desde entonces, concluyendo que sufren una forma de elefantiasis podoconiosis.

 

La podoconiosis, así, se enlistó también en las llamadas enfermedades de la pobreza; dado que con la práctica de cultivar en tierras de arcilla, se incrementa la posibilidad de contraerla.

 

Según el mapa de la OMS donde se registran los casos, también México está señalado con casos.

 

 

Con información de OMS y Gizmodo

dca