GLENDALE. Los Patriotas buscan el cuarto título de su historia y primero desde 2005. Los Halcones Marinos quieren ser el primer equipo en repetir como campeón desde que sus rivales el domingo lo hicieran hace una década y se espera que sea un duelo clásico de la poderosa defensiva de Seattle ante el buen desempeño ofensivo de Nueva Inglaterra.

 

Rumbo al Súper Bowl, los Patriotas  anotaron más de 30 puntos en siete partidos. En postemporada mantuvieron el ritmo, le endosaron 35 puntos a los Cuervos y luego 45 a los Potros. El éxito de ese ataque se explica en el desempeño de Tom Brady y de su principal objetivo, el ala cerrada Rob Gronkowski.

 

Cada semana, Gronkowski ha sido el foco de atención y las defensas trataron de anularlo con poco éxito. En la campaña regular acumuló 1,124 yardas, su mejor desempeño desde 2011, pero los números de Julian Edelman, 972 yardas avanzadas, y Brandon LaFell (953) demuestran que el ataque aéreo de los Patriotas  es tan amenazante como variado.

 

Uno de los duelos más espectaculares puede ser el que protagonicen Gronkowski y el safety de Seattle Kam Chancellor. El defensivo profundo no sólo es rápido sino que su potencia física lo habilita para competir contra el poderoso ala cerrada de Patriotas. Edelman se las verá con Richard Sherman, quizá el mejor esquinero de la liga, especialista en anular receptores sin ayuda del safety, y Seattle todavía tiene otro profundo de calidad en Earl Thomas, que hace a esta área casi invulnerable.

 

Seattle tuvo el mejor ataque por tierra de la liga con 2,762 yardas, promedio de 5.3 por acarreo. Por supuesto, Marshawn Lynch, que más que llevar la pelota parece enfocado en arrollar y machacar a las defensas, abre el camino y durante la campaña acumuló 1,306 yardas. Pero su ofensiva de opción, que permite a su mariscal leer la reacción de la defensa y decidir sobre la marcha si entrega el balón o lo corre él mismo le redituaron 849 yardas en los zapatos de Russell Wilson.

 

Wilson también se distingue por su capacidad para escaparse de la presión en situaciones de pase. Pero los Empacadores le cerraron los carriles y lo obligaron a pasar en la final de la NFC. La estrategia funcionó durante casi cuatro periodos pero se derrumbó en el tiempo extra cuando el pasador de apenas 1.79 metros de estatura hiló dos pases largos para eliminarlos.

 

El plan de juego de Seattle descansa en Lynch, lo que le permite a Wilson lanzar pases cortos o sobre la carrera. Doug Baldwin, su mejor receptor, logró 825 yardas. Jermaine Kearse acumuló 536, estadística que no muestra a Seattle como una amenaza por aire.

 

Los Patriotas  distan de ser la mejor defensa de la liga, pero tienen una ligera ventaja porque puede concentrar a varios jugadores en la línea para detener a Lynch. Están confiados en que su esquinero Darrelle Revis está en la élite de la NFL y puede apostar por el mano a mano contra Baldwin o Kearse.

 

Así que la ventaja de los dos equipos consiste en anular el ataque del rival. El domingo sabremos cuál funcionó mejor.