Durante las próximas semanas, o quizá meses, hasta que comience el llamado “verano fílmico”, prácticamente el mundo del cine va a girar en torno a una sola película: Star Wars: El Despertar de la Fuerza. Por esa razón, iniciamos hoy una serie de tres entregas en las que analizaremos la importancia de la saga desde su origen, su estado actual y lo que viene, así como la reacción del esperado filme tras su estreno.

 

Y justo es comenzar con una exoneración y reconocimiento a la persona que no sólo comenzó la saga en 1977 con lo que en México se llamó La Guerra de las Galaxias, sino toda una revolución en el mundo del cine –y otros niveles- que sigue teniendo repercusiones e influencia hasta la fecha: George Walton Lucas.

 

Para las generaciones actuales su nombre quizá no diga mucho, pero si no fuera por él no habrían existido cintas como Volver al Futuro, Terminator 2, Parque Jurásico o Avatar, por nombrar algunas de las decenas de cintas que, a lo largo de casi cuatro décadas, llevan en su ADN algo de lo creado por Lucas, ya sea en sus efectos especiales, su sonido o hasta su historia. De ese tamaño es la importancia que tiene Lucas el visionario –no tanto el cineasta- en el llamado Séptimo Arte.

 

Con Star Wars (a la que más tarde se le agregaría el subtítulo de A New Hope o Una Nueva Esperanza), Lucas rompió prácticamente todos los paradigmas existentes en la época en Hollywood. El cine de los años 70 era oscuro, de historias adultas, crudo y un fiel reflejo de lo que era la sociedad estadunidense (y quizá mundial) de ese entonces: falta de esperanza, luchando contra el aumento en el consumo de drogas, de liberación sexual y sin algo que sirviera mucho de inspiración al público, que veía como era más factible llegar a un mundo gobernado por un gobierno totalitario (como el mismo Lucas lo presentó en su primera cinta, THX-1138, una estupenda obra futurista que el tiempo ha convertido en un filme de culto) que a tener una esperanza en algo más inspirador.

 

El rodaje de Star Wars fue prácticamente un desastre, muy en el estilo de lo que pasó con Tiburón, de Steven Spielberg: las condiciones de filmación en Túnez eran inhumanas, el presupuesto no alcanzaba, los efectos especiales no servían, ningún estudio quiso arriesgarse a producir la película y un sinfín de contrariedades a las que si Lucas hubiera hecho caso, simplemente su filme no existiría. Así, Lucas se convirtió en cineasta independiente, guardando para él los derechos del merchandising de su filme y sobre la historia y los personajes. Paradójicamente, el éxito de la primera película lo convirtió en el cineasta independiente más rico del mundo.

 

Con Star Wars, Lucas no sólo tuvo la que en su momento fue la película más taquillera de la historia. No. Lucas creó, sin esperarlo realmente, un fenómeno fílmico, social, cultural y cuasi religioso que lleva cuatro décadas en la mente y el estilo de vida de varias generaciones, que encontraron en personajes como Luke Skywalker, la Princesa Leia, Han Solo o Ben Kenobi no sólo una forma de escapismo nunca antes vista, sino verdaderos ejemplos a seguir.

 

Y por si fuera poco, contra la corriente de la época, apostó por revivir la grandeza del Hollywood de antaño en la parte musical y, en lugar de utilizar un soundtrack compuesto de música ya existente, eligió como creador del score al que quizá sea el más grande compositor en la historia del cine, John Williams, quien logró su obra maestra y el tema musical más famoso en la historia del cine.

 

star wars 2Para quienes vivimos el furor de Star Wars en su época, la sola mención del título remonta a una época en la que la fantasía, la aventura, el triunfo del bien sobre el mal y el espacio adquirieron nueva vida gracias a la visión de Lucas, quien si bien en los últimos 15 años ha sido criticado hasta el hartazgo por las famosas “precuelas” (Episodios I, II y III), dejó un legado que pocos en la historia del cine han logrado: fue creador de la compañía Lucasfilm Ltd.; de Pixar (que posteriormente fue adquirida por Steve Jobs); del sistema de sonido THX; de la compañía de mezcla y elaboración de audio Skywalker Sound; de Industrial Light & Magic, la empresa de efectos especiales que ha estado detrás de prácticamente cualquier cinta que se venga a la memoria, desde Star Wars hasta Jurassic World o The Martian, pasando por Indiana Jones, Volver al Futuro, Ghostbusters, Star Trek, Men in Black, Terminator 2, Titanic y Harry Potter, entre muchísimas otras.

 

Nominado a cuatro Oscares (por la dirección y edición tanto de American Graffiti como de Star Wars), Lucas se dedicó durante más de dos décadas a desarrollar las herramientas tecnológicas que han hecho del cine lo que es en la actualidad, hasta que se dio cuenta que había varias generaciones de fans que pedían a gritos más películas de Star Wars.

 

Retirado de la dirección desde 1977 (El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi fueron dirigidas por los ya fallecidos Irvin Kershner y Richard Marquand, respectivamente), a finales del Siglo XX decidió llevar de nueva cuenta a la pantalla grande la historia de la saga de los Skywalker en lo que son conocidas como las famosas precuelas y que, irónicamente -y debido a su limitada historia, así como una poco inspirada dirección de Lucas y un productor, Rick McCallum, que nunca le cuestionó nada-, serían las que lo llevaron a recibir una andanada de críticas que terminaron por decepcionarlo y, cansado, decidió vender Lucasfilm en 2012 a Disney y, con ello, todos los derechos sobre su obra.

 

star wars 5Ahora prácticamente retirado y dedicado principalmente a su familia, Lucas ha dejado entrever en recientes entrevistas un marcado dejo de tristeza y decepción hacia los fans que lo hicieron famoso. “Te dedicas a hacer una película y lo único que recibes son críticas… y no es divertido”, expresó a Variety.

 

Star Wars, a final de cuentas, se convirtió en una especie de Frankenstein que se volvió más grande que su creador y en contra de éste. En algún momento, dejó de ser la historia creada en la mente de Lucas para convertirse en lo que los fans querían, y eso, por dignidad, no lo podía aceptar. Star Wars es SU creación, su historia, es su bebé, el cual creció y se rebeló ante el padre. Y de eso tienen la culpa, principalmente, los fans -incluido quien esto escribe- por haber criticado en su momento de manera despiadada, y sin justificación alguna, el producto de su imaginación.

 

Sin embargo, y sin que muchos lo notaran, Lucas hizo un movimiento magistral a la hora de vender Lucasfilm a Disney: dejó como presidenta y mandamás de la empresa a Kathleen Kennedy, una de las mujeres más poderosas en la industria de Hollywood, alumna de toda la vida de Steven Spielberg y cuya ecuanimidad e inteligencia han evitado que Disney destruya todo lo que Lucas creó.

 

Es por eso que Star Wars, con todo y la partida de su creador, ha quedado en buenas manos, pues Kennedy ha sabido rodearse de lo mejor que hay en la actualidad para revivir la que quizá sea la franquicia más querida y exitosa en la historia del cine, y que con El Despertar de la Fuerza cambiará la vida de nuevas generaciones de la misma manera en que ocurrió hace 38 años con el filme original.

 

star wars 2Pero esa es otra historia.

 

Sirvan estas líneas, pues, para reconocer y honrar el talento, la visión, la imaginación y el legado de un gran amante del cine que cambió no solo la historia del cine, sino la vida de millones. Gracias, Mr. Lucas, por haber formado parte de nuestras vidas y hacernos soñar con galaxias lejanas, princesas, caballeros, robots, batallas espaciales y todo aquello que forma parte esencial de una de las características más importantes del ser humano: el poder de la imaginación.