En América Latina, sólo el 45% de los trabajadores aportan a su plan para el retiro, lo que llevará a que en 2050 entre 63 y 83 millones de personas carecerán de una pensión adecuada en ausencia de reformas y esfuerzos para aumentar el empleo formal y la educación de calidad, advierte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe “Panorama de las pensiones: América Latina y el Caribe”.

 

De acuerdo con el estudio, que toma datos económicos de 2010, México se encuentra por debajo de la media de América Latina con el 35% de sus trabajadores aportando para su fondo de retiro. En aquel año la Población Económicamente Activa registrada por el Inegi era de 44.7 millones de personas, lo que significa que aproximadamente 31 millones de mexicanos carecerán de una pensión adecuada.

 

Si se compara a nuestro país con otras economías del continente, México está por debajo de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay, donde por lo menos la mitad de sus trabajadores aportan para su pensión.

 

Otro de los indicadores donde México sale por debajo de los estándares latinoamericanos es en la movilidad entre empleo formal e informal. Mientras que en nuestro país el 25% de los trabajadores formales se movió hacia la inactividad, desempleo, trabajo independiente o informalidad, en naciones como Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Argentina y Venezuela el promedio fue de 21%.

 

Esta movilidad del empleo afecta a la pensión de las personas, ya que en estas ocupaciones es bajo el porcentaje de aportaciones a los fondos para el retiro.

 

Adultos mayores

 

Como consecuencia de las malas pensiones, advierte el estudio, las personas mayores recurrirán a otras fuentes de ingresos, como volver a trabajar, renta o venta de inmuebles, pensiones sociales y apoyo familiar.

 

En el caso de los apoyos familiares es algo que ya pasa en América Latina y el Caribe. En México, en el 66% de los hogares más pobres del país viven personas de la tercera edad con sus familiares; en Brasil es el 85% al igual que Honduras, en Venezuela es del 80% y en Argentina el 68%.

 

Según el documento, que los adultos mayores compartan casa con familiares les permite aumentar sus ingresos de manera indirecta al compartir los gastos de manutención. El problema es que, de acuerdo con las tendencias de fecundidad, conforme pasen las décadas habrá menos jóvenes, lo cual  limitará este tipo de ayuda.

 

Como respuesta a la situación actual, varios gobiernos latinoamericanos optaron por programas de pensiones sociales. En el caso de México, en el sexenio pasado se creó “70 y más”, donde el gobierno garantizaba un depósito en efectivo a los mayores de 70 años que les trae un beneficio/ingreso per cápita del 5%.

 

En Brasil, un programa similar llamado “Beneficio de Prestacao Continuada” trae beneficio/ingreso per cápita del 33% y en Bolivia tienen “Renta digna” con 12.6% de beneficio.

 

El BID recomienda a los países aumentar la participación formal del mercado de trabajos, afiliar a los trabajadores a los sistemas contributivos para impulsar el ahorro en pensiones y mantener sus políticas de pensiones sociales.

 

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