La corrupción lo destruyó todo, menos sus carreras.

 

Ellos reparten culpas cuando se sienten amenazados en su estabilidad y se esconden.

 

Deberían estar avergonzados por no haber actuado y detectado lo que hoy es una desgracia.

 

Cientos de familias perdieron seres queridos y todo lo que tenían.

 

Se les da comida, pero les falta techo.

 

La operación limpieza comenzó entre escombros y reclamos.

 

Hay un punto obscuro en esta grave crisis: son las historias terribles de jefes delegacionales que tendrán, les guste o no, que responder a muchas preguntas.

 

La corrupción no se puede esconder y pone en evidencia a un jefe delegacional, quien se atrevió a declarar: “Las empresas constructoras nos mintieron y evadieron a la autoridad violando diversas disposiciones legales, con lo que pusieron en riesgo la vida de personas y sus bienes”.

 

Las disculpas de Christian von Roehrich, delegado de Benito Juárez, que jugó con el futuro de sus gobernados, no evitaron muertes.

 

El primer reporte preliminar en Benito Juárez indicó impactos graves en 41 inmuebles: 13 colapsados y 28 en riesgo de colapso; además de 150 con daños importantes y los fallecidos sumándose.

 

La sorprendente falta de reacción del delegado Von Roehrich sólo le dio para solicitarle al Gobierno federal y al Gobierno de la Ciudad de México la activación del programa DN-III y la aplicación de los recursos del Fonden para la demarcación que permitan la reconstrucción de zonas afectadas y la construcción de viviendas.

 

Christian Von Roehrich, delegado de Benito Juárez, deambula, sólo deambula y su falta de respuestas políticas correctas, inexplicablemente lo llevan a olvidar a las empresas inmobiliarias que prefieren callar y cuando hablan se deslindan de las afectaciones.

 

Dictámenes técnicos oficiales confirman que en la delegación Benito Juárez por lo menos dos empresas constructoras utilizaron materiales de mala calidad en el caso de edificios colapsados por el sismo del 19 de septiembre pasado.

 

La corrupción recorre la delegación Benito Juárez.

 

El riesgo está ahí, el Gobierno de la CDMX lo sabe y no hace nada.

 

Nunca es demasiado tarde, decimos los vecinos de las cuatro décadas que sabemos que se logrará avanzar, a pesar de él.

 

Los trapos sucios seguirán saliendo, baste recordar que Benito Juárez fue la delegación con más edificios caídos.

 

 

Milonga: con el orgullo por delante, un grupo de hombres venidos de Campeche se integró a las labores de rescate en las calles de Chimalpopoca y Bolívar, en la colonia Obrera en la Ciudad de México, para ayudar a los atrapados de una fábrica. Mientras el pueblo marcó el paso, muchos políticos se hicieron de la vista gorda o simplemente desaparecieron. La resistencia y la lucha de estos hombres y mujeres en la colonia Obrera fueron agradecidas por propios y extraños, quienes reconocieron entre el grupo a Alejandro Moreno, el gobernador de Campeche.

 

caem