Andrés Manuel López Obrador volvió a modificar su discurso: del “primero los pobres” pasó a preocuparse por la clase media para ganar adeptos en un sector social en el que se ubican entre 20% y 30% de electores independientes que aún no definen su voto, según encuestas recientes.

 

La estrategia se evidenció el pasado lunes durante la conferencia de prensa en la que el candidato presidencial de las izquierdas dio a conocer 10 propuestas específicamente dirigidas a resolver las necesidades de una clase media mexicana cuyo ingreso mensual por familia oscila entre los 11 mil y los 35 mil pesos, según la clasificación desarrollada por la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercados y Opinión Pública (AMAI).

 

“Sabemos todos que las clases medias han sido muy golpeadas, muy castigadas por la crisis económica, por la crisis de bienestar social, por la inseguridad y la violencia y nosotros tenemos el compromiso fundamental de apoyar a la gente humilde, a la gente pobre, pero también a los integrantes de las clases medias”, aseguró el tabasqueño.

 

De este modo, López Obrador se comprometió a impulsar el transporte público y garantizar el 100% de cobertura en la educación “para que los integrantes de las clases medias puedan ahorrar ingresos que hoy destina al pago de colegiaturas”, así como a implementar la revocación de mandato cada dos años y el plebiscito para resolver asuntos polémicos.

 

Esta serie de medidas con las cuales pretende ganarse la confianza de los sectores de la población que le retiraron su apoyo tras su desconocimiento a los resultados de la elección de 2006 y los jóvenes de las clases medias que representan el mayor porcentaje de electores indecisos.

 

De acuerdo con un estudio de la encuestadora Ipsos-Bimsa realizado en febrero pasado, 54% de los votantes indefinidos se encuentran entre las clases media y media baja, 39% representado por las clases más pobres y sólo 7% las altas. Asimismo, 33% de los electores indecisos se concentra en jóvenes de entre 18 y 29 años de edad, seguido de 28% que oscila en edades de entre 30 y 44 años, 21% entre 45 y 59 años de edad y 18% de electores que rebasan los 60.

 

Esto sin contar con el potencial electoral que poseen las clase media dentro de la psicología de los mexicanos, tal como sostiene un estudio realizado en 2011 por la consultora De la Riva Group, el cual señala que aunque 81% de los mexicanos afirma ser parte de la clase media sólo 32% forma parte de dicho segmento socioeconómico.

 

Otro estudio realizado por la empresa Demotecnia en marzo pasado revela que 75% de los encuestados cree que en los próximos seis meses la situación económica en México va a ser igual de mala o peor que la de ahora, 73% opina lo mismo respecto a la seguridad y 57% de los entrevistados dijo que su situación económica personal va a estar igual de mal o peor en los próximo semestre, lo cual habla del pesimismo que predomina actualmente en la clase media mexicana.

 

De ahí que López Obrador busque posicionarse como una opción viable para el cambio a través de propuestas dirigidas al segmento electoral con mayores posibilidades de crecimiento.

 

“Gente que fue engañada en el 2006 me está diciendo que nos va a apoyar, que está rectificando su actitud. Es de sabios cambiar de opinión. Hay gente que es muy difícil de que cambie de parecer porque tiene muy cerrada su mente, pero lo que quiere la mayoría es tener argumentos. Por eso cuando me piden que los convenza, me la ponen fácil”, comentó el candidato del Movimiento Progresista cuando se le preguntó cómo hará para convencer a los indecisos.