Con la llamada “cereza del pastel”, la captura de Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, queda prácticamente extinguida a la organización criminal de Los Caballeros Templarios, que comenzó a ser desmantelada con la intervención del gobierno federal y la creación de las autodefensas.

 

Entre enero de 2014 y enero de 2015 el gobierno no sólo dio golpes financieros al grupo, sino que lo desmembró capturando o abatiendo a sus principales, líderes, entre ellos al fundador Nazario Moreno.

 

“Desmantelarlos era un paso necesario pero no acaba con el problema de la inseguridad”, dijo Alejandro Hope, analista de seguridad. “La siguiente fase es más complicada. Hay pequeños grupos, remanentes que extorsionarán, robarán y posiblemente fabricarán metanfetaminas”, dijo en entrevista para la agencia Asociated Press.

 

Por otra parte, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Javier Oliva Posada, consideró que el Cártel de Jalisco Nueva Generación podría tener interés en la plaza de Michoacán, tras la captura de Gómez Martínez.

 

“Por la colindancia geográfica, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, podría tener interés en Michoacán. En algún momento cuando fueron aliados de Los Zetas se volvieron enemigos.

 

“En el ejercicio de la persecución y confrontación del crimen organizado (por parte de las fuerzas federales) de manera circunstancial (otro cártel) puede resultar con alguna ventaja”, aseveró Posada.

 

El académico opinó que aún hace falta cubrir muchos aspectos en Michoacán como para pensar que por la detención de un líder criminal vaya a mejorar la seguridad.

 

Antecedentes

 

Michoacán ha sido desde hace muchos años un estado elegido para la siembra de mariguana y amapola. Su tierra fértil y sus intrincados caminos en la sierra lo hacen ideal para el trabajo de los narcotraficantes.

 

No hay una referencia contundente que indique en qué momento se convirtió en terreno de cárteles, pero en los 70 se conoció de una banda criminal encabezada por José Valencia y su familia.

 

Los Valencia sembraban la droga principalmente en Aguililla, un municipio costero con amplias zonas serranas, a donde es complicado llegar, más en aquel entonces cuando sólo se llegaba a sus playas (que pese a su belleza nunca han sido turísticas) por caminos de terracería.

 

Poco a poco fueron ganando la confianza de los grandes traficantes, como los Arellano Félix, a quienes les vendían el producto, pero en 1999 la situación cambió, Benjamín fue detenido y Ramón asesinado aparentemente por el Cártel de Sinaloa. A su favor también se sumó la detención de Osiel Cárdenas Guillén, cabeza del Cártel del Golfo.

 

Mientras se daba el reacomodo en ambas agrupaciones, Los Valencia aprovecharon. Hicieron alianzas con organizaciones colombianas y comenzaron a llevar la droga a Estados Unidos haciéndose paso por Tijuana, Tamaulipas y Nuevo León, y se aseguraba que llegaron a introducir a EU hasta una tercera parte de toda la cocaína que se consumía en ese país.

 

Para 2003, y tras la detención de algunos de sus líderes, el cártel cambió de denominación a Del Milenio, e hicieron pactos con el Cártel de Sinaloa, a quienes abandonaron para aliarse con Los Zetas, quienes poco a poco se habían instalado en Michoacán.

 

Los Valencia eran considerada una organización violenta, que atacaba a sus enemigos sin piedad, torturándolos. Sin embargo cuando llegaron Los Zetas y formaron su alianza la violencia se intensificó. Para entonces la siembra ya no sólo era en Aguililla, sino que llegaba a municipios de Tierra Caliente.

 

Algunas células se separaron y decidieron fundar una organización criminal que abanderaba la protección de la ciudadanía, con un supuesto código de ética.

 

Registros periodísticos dieron cuenta, sin saberlo, de cómo iniciaba la guerra por el territorio. Ya no sólo era la Costa y Tierra Caliente, la pelea se había extendido en la entidad. El mensaje fue claro cuando el 15 de septiembre de 2005 fue asesinado a manos de Los Zetas el secretario de Seguridad, Rogelio Zarazúa mientras celebraba su santo en un prestigiado restaurante en Morelia.

 

La familia 

 

El contrataque se dio un año después, intenso y sin lugar a dudas de lo que venía. El 6 de septiembre de 2006 un comando entró a un bar de Uruapan y en medio de lugar arrojaron cinco cabezas humanas y dejaron un mensaje en una pancarta firmada por “La Familia Michoacana”.

 

“Ese día nació La Familia Michoacana, un grupo de crimen organizado basado en Los Matazetas, comandos que habían declarado la guerra al poderoso cártel que domina el noreste de México, el de la última letra del abecedario”, narra la periodista Verónica Calderón en un texto publicado en abril de 2014.

 

El 22 de noviembre de 2006, algunos periódico publican un desplegados donde La Familia Michoacana explica su movimiento.

 

Los templario y La Tuta 

 

De acuerdo con múltiples comunicados de diversas instituciones de Seguridad del Gobierno Federal, entre 2006 y 2009 se dieron distintos golpes y detenciones contra esta organización, sin que entre ellas se encontrara a alguno de sus líderes.

 

Sin embargo, el 11 de diciembre de 2010, el gobierno informaba del abatimiento de Nazario Moreno, alias El Chayo, uno de los principales fundadores.

 

Los integrantes del cártel aprovecharon la desinformación, pues El Chayo no había muerto, y fue él quien perfiló al nuevo grupo, escribió un código y fundó a Los Caballeros Templarios. Uno de los integrantes más activos tomó la batuta: Servando Gómez Martínez, alias La Tuta o El Profe.

 

La Tuta se distinguió por hablar abiertamente, comenzó a difundir mantas y apareció en videos advirtiendo y defendiendo lo que Los Templarios, incluso en uno de ellos llamó a los líderes del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán; al del Golfo y al de Jalisco Nueva Generación a unirse contra Miguel Ángel Treviño, El Z-40. (24 horas, julio 2013)

 

Autodefensas

 

Si bien Los Templarios seguían en la siembra de mariguana y amapola, vieron en las metanfetaminas una mejor opción, y los narcolaboratorios empezaron proliferar en la Michoacán.

 

Su expansión los llevó a querer más y a diversificar su actividad criminal, comenzaron con el secuestro y luego pasaron a la extorsión, crímenes que les redituaban tanto o más que el trasiego de droga, pese a que esto quebraba su código.

 

La zona de Tierra Caliente les daba los mayores ingresos, gracias al comercio de aguacate, limón, fresa y otros frutos que habían alcanzado incluso calidad de exportación. Luego atacaron el sector minero. Todos debían pagar el “derecho de piso” bajo la amenaza de muerte, que muchas veces se dio y sirvió de advertencia.

 

El cártel no vio límites, violaba mujeres, tomaba viviendas y huertos completos por la fuerza de las armas. Fue entonces que algunos hombres de la región decidieron no permitir más abusos.

 

Hipólito Mora, limonero de Buenavista, y José Manuel Mireles, doctor de vecino municipio de Tepalcatepec, se organizaron con la gente de la región, y el 24 de febrero de 2013 conformaron las autodefensas y comenzó la caza de los Templarios.

 

Con toda autoridad al margen, comenzaron los enfrentamientos, sobre todo en Tierra Caliente. Autodefensas retomaban sus tierras, desarmaban y entregaban delincuentes a las autoridades y seguían su expansión. Se llegó a hablar de que se encontraban hasta en 30 de los 103 municipios.

 

Comisión de Castillo

 

Finalmente, a casi un año de la creación de las autodefensas, el 15 de enero de 2014 el gobierno federal decidió hacer una intervención de fondo. Nombró a un comisionado federal, Alfredo Castillo, que no sólo buscaría recobrar la seguridad de la entidad, sino además recomponer de forma integral las áreas sociales que se habían perjudicado.

 

Un millar de elementos de las fuerzas federales ingresaron a la entidad, siendo uno de sus principales objetivos el desmantelamiento de Los Caballeros Templarios y la captura de sus líderes.

 

La Tuta no se amedrentó, siguieron los videos e incluso las entrevistas realizadas por medios nacionales e internacionales.

 

Para marzo la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán daba entre sus primeros reportes un golpe que significaba una pérdida de 15.3 millones de dólares a la organización criminal, mediante la incautación de 119 toneladas de mineral robado.

 

Así fueron mermando la capacidad de operación de Los Templarios.

 

Caen líderes

 

En tan sólo tres meses, cuatro de los principales líderes y operadores de Los Caballeros Templarios fueron detenidos o abatidos en acciones coordinadas entre autodefensas y fuerzas federales.

 

El 27 de enero de 2014, Dionicio Loya Plancarte, alias El Tío, quien era operador financiero del cártel, fue detenido en Morelia.

 

Exactamente el mes siguiente, Francisco Galeana, El Pantera, jefe de plaza y quien coordinaba a un gran número de sicarios, fue abatido en un operativo federal en el municipio de Arteaga.

 

Para el 10 de marzo, el “presunto fallecido” de la administración de Felipe Calderón, Nazario Moreno, alias El Chayo o El Más Loco, fue abatido en un enfrentamiento con fuerzas federales en un camino entre los municipios de Tusbiscatío y Aguililla.

 

Finalmente, el 31 de marzo Enrique El Kike Plancarte, fue encontrado en Colón, Querétaro, donde también se desató una confrontación armada en la que murió.

 

La Comisión siguió dando frutos, desarmó a los autodefensas dándoles la opción de convertirse en parte de las fuerzas de gobierno, siguieron los aseguramientos y las detenciones, pero faltaba una captura esencial.

 

Ante la demanda de la captura de La Tuta, Alfredo Castillo dijo que el líder templario se encontraba acotado y en breve se concretaría su detención. “Será en su momento, como se dijo, la cereza en el pastel, aunque hoy puedo decir que prácticamente ya no existe el pastel, pero nos falta todavía esa cereza y va a ser capturado y llevado ante los tribunales”, afirmó en noviembre de 2014.

 

El 22 de enero pasado Castillo Cervantes dejó la Comisión por decisión del presidente Enrique Peña Nieto.

 

La Cereza del Pastel se colocó el pasado viernes. Servando Gómez fue detenido en Morelia, en un fraccionamiento cerca del estadio Morelos. El cártel aún cuenta con operadores y jefes de plaza, que se extendieron a Guanajuato, sin embargo, no se sabe si alguno de ellos ha tomado ya el control de la organización. (Con información de AP)

 

Así cayeron 

 

Luego de la creación de la Comisión para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán cuatro líderes de los Templarios fueron detenidos o abatidos. Servando Gómez cayó cuando este organismo ya no existía.

 

* 27/enero/2014 Detienen en Morelia, Michoacán, a Dionicio Loya Plancarte, alias El Tío, quien era operador financiero de la organización. Las acciones de las fuerzas de seguridad se dieron sin disparo, y al ingresar al domicilio, Loya fue localizado escondido en un ropero.

 

* 27/febrero/2014 En un enfrentamiento con fuerzas federales murió Francisco Galeana, alias El Pantera, quien durante la pasada administración había sido dado por muerto. Galeana era lugarteniente de las principales plazas y jefe de sicarios.

 

* 10/marzo/2014 Se decía que sólo viajaba en burro y que regularmente vestía una bata blanca. Sus sicarios lo abandonaron cuando se desató la balacera en un camino entre Tumbiscatío y Aguililla y ahí murió, por segunda vez. Nazario Moreno, alias El Más Loco, había sido dado por muerto en la administración de Felipe Calderón.

 

* 27/febrero/2015 Comiendo hot dogs en una zona céntrica de Morelia, Michoacán, fue detenido Servando Gómez, La Tuta, mediante labores de inteligencia el último líder templario ya había sido detectado semanas atrás en la tenencia de Morelos, a las orillas de la capital michoacana.