La sobreexplotación del acuífero no sólo agrava la escasez de agua, sino que también intensifica el aceleramiento del hundimiento del suelo del Valle de México, advirtió José Luis Luege, ex director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

 

En una entrevista con 24 HORAS, aseguró que desde mediados del siglo 20 se detonó una gran demanda de agua debido al crecimiento de la población, por lo que se ha mantenido una intensa extracción del líquido del subsuelo por más de 70 años.

 

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Esa sobreextracción está agotando el acuífero y el problema es muy grave, ya que de acuerdo a estudios geológicos y geohidrológicos, el agua del subsuelo nos puede alcanzar para 10 o 15 años más y no tenemos nuevas fuentes de abasto”, señaló.

 

Sobre el abastecimiento externo, recordó “que el Sistema Lerma se creó en los años 60 del siglo pasado y luego se construyó el Cutzamala, en la década de los 80; ante esa situación crítica del acuífero sobrevinieron dos fuentes importantes de abastecimiento externo, las cuales le aportan al Valle de México 30% del total del agua; el otro 70% se extrae del subsuelo”, expuso el también presidente de la Fundación Ciudad Posible.

 

Luege precisó que actualmente hay una sobreextracción de agua del acuífero subterráneo, la cual excede las recomendaciones de los ge hidrólogos (especialistas en aguas subterráneas).

 

Todo es consecuencia del crecimiento desordenado de la ciudad y de los municipios conurbados del Edomex”, explicó el ex funcionario.

 

Luege, quien también aspira a ser candidato del PAN a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, alertó en que la sobreexplotación del acuífero provoca otro problema: el Valle de México está asentado en una capa de arcilla como de 30 a 70 metros de espesor, que al carecer de humedad se está compactando.

 

Agregó que la capa permeable (propiamente el acuífero), como de 900 metros de espesor, al perder las moléculas de agua provoca que se asiente el suelo.

 

Entonces este problema de la sobreextracción está generando uno de los fenómenos más graves en el mundo, que es el hundimiento del suelo (que se llama la subsidencia del suelo).

 

Tenemos zonas donde hay hundimientos registrados de 20 a 40 centímetros por año, cuya tendencia a la fecha no ha variado. Los hundimientos más grandes están asociados a la ubicación de los viejos lagos: Chalco, Xaltocan, Xochimilco y Texcoco. Ese hundimiento corresponde a las partes más profundas de los antiguos lagos. Por ejemplo, en Chalco se registran hundimientos severos de 40 centímetros, en promedio, anuales, y eso eleva la vulnerabilidad de la región ante los fenómenos geológicos y meteorológicos”, describió.

 

Esto es catastrófico, añadió, desde el punto de vista de ingeniería civil e ingeniería hidráulica: “porque todo se descuadra: estructuras, cimentaciones, puentes y la fragilidad de las arcillas debilita estructuras, y todo se viene abajo, como en el terremoto de 1985”.

 

De acuerdo a estudios geológicos, el problema más grave está en el desagüe superficial del Valle de México, el cual “ya no sirve”, pues lo que eran los viejos ríos de la zona poniente: San Javier, San Francisco, Mixcoac, Churubusco, La Piedad y Los Remedios, perdieron el desnivel natural debido a los hundimientos del suelo.

 

Es decir, el centro de la Ciudad, por el peso de toda la infraestructura urbana, se hunde aceleradamente sobre lo que era el lago de Texcoco, pues “mientras no tenga infraestructura el suelo permanece estable”.

 

El centro en este momento está 10 metros por abajo del lecho del ex lago de Texcoco. Pero cuando lo midió Alexander von Humboldt, a mediados del siglo 19, el nivel del lago de Texcoco estaba 10 metros abajo del centro, ahora está 10 arriba. Qué quiere decir esto, que el hundimiento de la zona centro (Catedral, el Palacio Nacional y Zócalo) en relación al lago ha tenido un hundimiento de 20 metros”, expuso Luege.

 

El ex titular de la Conagua afirmó que, debido a los hundimientos, todos los sistemas de desagüe ya no funcionan, pues la inclinación natural de los que eran ríos ya se perdió y hoy se depende al 100% del bombeo y del Drenaje Profundo o Túnel Emisor Central y, próximamente, del Túnel Emisor Oriente (cuya obra inició en su gestión, 2007, y se prevé que terminé a fines de 2018) para sacar el agua usada de la ciudad.

 

Con una cuestión importante, el Drenaje Profundo no fue diseñado para manejar aguas negras. Todo el sistema de este drenaje, que son varios interceptores y el Emisor Central fue una obra para llevar agua de lluvia; las aguas negras se sacaban por el Gran Canal del Desagüe.

 

En 1992 cuando se empezó a poner crítica la parte oriente de la ciudad por las inundaciones se tomó una decisión secreta, que nadie supo en su momento, y metieron las aguas negras al Drenaje Profundo. Durante 14 años este sistema no tuvo mantenimiento y los ductos no estaban diseñados para manejar aguas negras, por lo que el Valle de México enfrentó uno de los riesgos más altos”, expuso.

 

Luege recordó que estado al frente de la Conagua (2006-2012) promovió una inversión de 50 mil millones de pesos para construir una serie de túneles y de plantas de bombeo.

 

En el río de la Compañía construimos un túnel emisor; luego proyectamos la Planta de Bombeo La caldera, con el fin de evitar la inundación en la zona de Chalco. Después se construyó la Planta de Bombeo El Caracol, muy compleja, porque aquí viene el río de los Remedios y se construyó un túnel emisor profundo. Dicho túnel del río de los Remedios descarga en una planta de bombeo y ésta le da seguridad a Ecatepec, Nezahualcóyotl y a la delegación Gustavo A. Madero para que no se inunden”, explicó.

 

También se creó la Planta de Bombeo Casa Colorada, junto con su túnel, la cual costó mil 600 millones de pesos, pero ahora está fuera de operación por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Esta planta tuvo el mejor diseño de ingeniería hidráulica, ya que toma agua del río de los Remedios, del Drenaje del Valle y puede devolver el líquido al Drenaje Profundo”, explicó.

 

Luege destacó que otra obra importante es la laguna de regulación El Caracol, con sus túneles, cuya operación evita que se inunde la zona sur de Ecatepec, Nezahualcóyotl, en el nororiente, y parte de la delegación Gustavo A. Madero.

 

Aunqueadvirtió que de las 22 lagunas de regulación ubicada en la zona poniente de la Ciudad todas están en el desastre. “Están llenas de basura, azolve… con invasiones, hay construcciones al lado de las lagunas y las compuertas están rotas o pegadas.

 

Otro problema son los vasos reguladores El Cristo, El Bosque y El Cedros, nosotros metimos mucho dinero para limpiar y recuperar capacidad, hoy están llenos de basura; además, el NAICM, aunque yo apoyo que tengamos un nuevo aeropuerto, simplemente el lugar es inapropiado, ya que el vaso del ex lago de Texcoco es el vaso regulador por antonomasia, es lo último que quedaba de lo que fue el gran lago de Texcoco. Por lo tanto, es grave asfaltar y pavimentar ese lecho. Va tener un costo muy alto para ciudad”, enfatizó.

 

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