Transcurrían los últimos meses de gobierno de Juan Sabines. Las elecciones, tanto en el estado como a nivel presidencial, se habían definido y el gobernador de Chiapas no recibía señales de lo que esperaba: un puesto en el gabinete.

 

Por añadidura, el ex gobernador chiapaneco al que había encarcelado un año atrás, Pablo Salazar Mendiguchía, había ganado en tribunales los principales procesos que le habían fincado: peculado y homicidio.

 

Fue entonces que Sabines estableció -y aceleró- un proceso de negociación política con su antecesor. Comenzó por pedirle una carta en la que, al menos, se declarara culpable de un delito, aunque fuera “chiquito”.

 

Salazar Mendiguchía se negó. Sería una “carta de rendición”, alegaría. Y, a riesgo de quedarse encerrado otro buen rato, apostó por su inocencia y la de 50 personas más de su entorno que habían sido apresadas.

 

Incontables ires y venires siguieron entonces entre ambos personajes -la mayoría de las veces vía Pablo Salazar López (hijo del detenido)-, pero en cada mensaje del aún gobernador subrayaba con mayor insistencia: Que se comprometa a no actuar en mi contra, a no demandarme (cuando salga libre).

 

No sólo eso, a medida que se desbrozaba el camino, Sabines mencionaba ante los negociadores que apenas saliera de prisión Salazar, ambos debían ser amigos, irse a comer juntos, pasar la página como si nada.

 

Todo dependía ahora sólo de esa carta que solicitaba. Esa carta en la que su encarcelado se comprometía a no actuar contra él.

 

Llegado el momento, Pablo Salazar la escribió de puño y letra. Y, valga decirlo, la carta es una joya. Tanto por la dignidad que muestra como por la belleza de lo escrito, donde hasta Milan Kundera sale a relucir.

 

Van aquí un par de párrafos de ese manuscrito dirigido al entonces gobernador Juan Sabines:

 

“¿Que tengo agravios? ¡Por supuesto y muchos! ¿Que mi imagen fue ofendida y lastimada? Claro que lo fue. ¿Qué el daño alcanzó también a mi familia? Es público. Sin embargo, y a pesar de ello, por el fin de cientos de personas bajo sufrimiento, he decidido dar vuelta a la página y poner punto final”.

 

“¿Qué te ofrezco y qué no? Ofrecerte que seremos amigos sería un acto aborrecible de hipocresía que no estoy dispuesto a cometer. Te ofrezco, eso sí, que no seré tu enemigo. Bórrame de la lista y cuídate de otros”.

 

Añadamos tan sólo que cuando Sabines terminó de escuchar la lectura de la carta (se la leyó Pablo hijo) comentó: ¡Qué bonita carta!

 

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¿Y EL PROCURADOR QUÉ?– Develado ya que el caso de Pablo Salazar y de 50 personas más no tenía sustento jurídico sino que más bien se trataba de un ajuste de cuentas político -así lo demuestra el que las principales acusaciones se hubieran desechado en tribunales y luego viniera una negociación política para evitar una demanda por parte de Sabines-, la pregunta siguiente es:

 

¿Y el entonces procurador de justicia de Chiapas, Raciel López Salazar qué?

 

Por lo que se ve, no sólo se prestó a utilizar la justicia con fines políticos en tiempos de Sabines sino que, ¿cómo premio?, fue ratificado en el cargo por el actual gobernador, Manuel Velasco Coello. ¿Se quedará tan campante?

 

Toca ahora ver de qué madera está hecho el actual gobernador, o si aún sigue verde-verde.

 

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GRACO QUIERE LEGALIZAR LA MARIHUANA.- El gobernador morelense Graco Ramírez quiere despenalizar la marihuana en su entidad para bajar el nivel de violencia y avocarse a perseguir a los grandes cárteles de las drogas duras por vía de la inteligencia, por la vía de investigación de lavado de dinero y por la vía de extinción de dominio.

 

En su conferencia de prensa de los lunes, Ramírez dijo que están gastando muchos miles de millones de pesos en destruir sembradíos, en meter a la cárcel a los campesinos que están sembrando y vuelven a sembrar y están deteniendo a muchas personas, sobre todo jóvenes.

 

“Resolvamos el problema de la producción y la comercialización, igual que se hace con el tabaco, igual que se hace con el alcohol”, mencionó.

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GEMAS: Regalo del ex gobernador chiapaneco Pablo Salazar Mendiguchía: “El ex gobernador (Andrés) Granier es un párvulo al lado de (Juan) Sabines”.