En febrero pasado, el ex canciller Jorge Castañeda, uno de los principales impulsores de las candidaturas independientes, publicó su libro titulado Sólo así, cuya tesis principal establece que, en México, los cambios únicamente son posibles “mediante un gobierno exterior a la partidocracia”, que como fuerza ajena al sistema “lo obligue a transformarse”. Sin embargo, también condiciona el éxito de una opción independiente, a la existencia de un solo aspirante. De haber varios el voto se pulverizaría, lo que beneficiaría a los partidos políticos que cuentan con bases numerosas.

 

A unos días de que venza el plazo para prerregistrarse como aspirante independiente a la candidatura presidencial -el INE amplió el plazo debido a los sismos de septiembre-, ya hay más de una decena de personajes que se han apuntado y, seguramente, conforme pasen los días, la lista crecerá.

 

Desde luego, apenas se trata de un prerregistro, y no todos los que quieran cubrirán los requisitos para, efectivamente, aparecer en la boleta. Sin embargo, hay nombres tan diversos -y que representan intereses tan distintos- que la posibilidad de que todos se pongan de acuerdo, dejen de lado el ego y la vanidad, cedan y declinen así en favor de uno solo es prácticamente inexistente. De tal forma que la premisa principal del éxito de una candidatura ciudadana no se cumplirá. Entre más aspirantes haya, el impacto de los independientes se desdibujará, y la partidocracia seguirá rigiendo la vida política de este país.

 

Y los partidos, rotos

Incluso podemos hablar de que el hecho de que existan varias opciones “independientes” en la boleta electoral, beneficia a dos partidos en particular: Morena y PRI. La renuncia de Margarita Zavala al PAN ha dejado ver que el blanquiazul está más dividido que nunca. En tanto el PRD, que recuperara cierta identidad gracias al fenómeno Juan Zepeda en el Estado de México, sigue mostrando un pulso francamente débil. Si bien el Frente Amplio Opositor puede dar camino a las ambiciones de azules y amarillos, el acuerdo para elegir al candidato luce lejano e improbable. El simple mecanismo de selección es ya motivo de fragmentación y guerra sucia. Mientras, tricolores y morenos ven cómo el enemigo se debilita.

 

¿Qué tan independientes son?

Uno de los fundamentos para incluir candidaturas independientes en el sistema electoral era que parte de la sociedad pudiera verse representada por un ciudadano, y que los puestos de elección popular no quedaran -exclusivamente- en manos de políticos. Si hoy analizamos la lista de prerregistrados ante el INE para ir por esa vía, podemos encontrar a varias figuras de la política nacional que, simplemente, no pertenecen a un partido en este momento, pero han formado parte del sistema por décadas. Ríos Piter, El Bronco, Margarita, ¿qué tan independientes pueden llegar a ser?